Los chequeos anuales mejoran la calidad de vida del adulto mayor

Las visitas frecuentes al dentista previenen la pérdida de las diferentes piezas dentales, importantes para evitar la desnutrición. Foto: Reepik

Las visitas frecuentes al dentista previenen la pérdida de las diferentes piezas dentales, importantes para evitar la desnutrición. Foto: Reepik

Las visitas frecuentes al dentista previenen la pérdida de las diferentes piezas dentales, importantes para evitar la desnutrición. Foto: Reepik

De los hábitos adquiridos en la infancia y en la juventud dependerá la calidad de vida en la tercera edad.

Si una persona es adicta a los dulces y a los alimentos ultraprocesados tendrá, con seguridad, más posibilidades de desarrollar enfermedades como el sobrepeso y la obesidad.

Para evitarlas o para controlarlas se sugieren los chequeos preventivos. Con una densitometría ósea –por ejemplo- se puede prevenir la osteoporosis y reducir el riesgo de fracturas tras una caída; las de cadera son las más comunes.

La colonoscopia, en cambio, sirve para detectar cambios o anomalías en el intestino grueso. Este examen se sugiere cada tres o cinco años, pues es algo invasivo y molestoso.

La visita frecuente al dentista puede incluso prevenir un cáncer de boca. Este especialista también dará seguimiento para evitar la pérdida de dientes o muelas.

Lamentablemente, menciona el doctor David Bastidas, director de Posgrados en Salud de la Escuela de Medicina de la UIDE, las personas visitan al médico solo cuando sienten dolor, es decir, cuando la enfermedad está avanzada. Pasa con el cáncer y con las enfermedades neurodegenerativas.

La población de adultos mayores es diversa. “Se trata de un grupo heterogéneo”, afirma Sofía Ramos, geriatra y docente de Medicina de la Universidad de las Américas.

De allí que no se pueda sugerir un examen único. Sin embargo, a las personas relativamente sanas se les recomienda un chequeo preventivo anual.

La gente que ha sido diagnosticada con diabetes o con hipertensión, en cambio, debe regirse a las recomendaciones de su médico de cabecera. Para el chequeo general se sugiere visitar al geriatra.

Según Bastidas, los adultos mayores que han mantenido hábitos como el consumo de tabaco y de alcohol, de bebidas azucaradas o de productos altos en grasas llegan con varias dolencias. Predominan los dolores articulares, producto del sobrepeso; la diabetes y las enfermedades cardíacas.

Estas últimas, precisamente, fueron, en el 2012, en el continente americano, la primera causa de mortalidad en la población adulta mayor (14,51%), seguidas de las enfermedades cerebrovasculares (7,67%) y de la demencia y enfermedad de Alzheimer (6,21%), según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud.

En Ecuador, las principales causas de mortalidad son: enfermedades cerebrovasculares, enfermedades isquémicas del corazón, diabetes y enfermedades crónicas respiratorias, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo.

Todas esas enfermedades se pueden evitar llevando un plan de alimentación equilibrado y realizando ejercicios a diario desde la niñez, pues cambiar hábitos en la edad adulta resulta complicado.

Por eso, la comunidad médica espera un repunte de esas enfermedades a lo largo de este año. Desde que el virus llegó al Ecuador –en marzo del 2020-, estos adultos pasan confinados; caminan poco y muchos han cancelado sus citas médicas para controlar sus dolencias. En cambio, han aparecido otras, como la depresión.

Tome nota

Es importante identificar factores de riesgo para evitar enfermedades.

Se sugiere una evaluación médica completa al inicio de cada año.

La biometríahe mática monitorea a los glóbulos rojos y blancos.

El examen de sangre bioquímico determina el nivel de azúcar.

Con un estudio antígeno prostático se reduce el riesgo de cáncer.

La medición de la presión arterial es básica en cada control.

Una colonoscopia se hace cada cinco años, a partir de los 60.

Cada dos o tres años se realiza un electrocardiograma.

La evaluación odontológica es clave para evitar déficit de nutrientes.

El chequeo oftalmológico y la audiometría también es anual.

El estado de los huesos se observa con una densitometría ósea.

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