Deportistas de élite y aficionados se someten a un examen predeportivo completo para potenciar sus habilidades. Foto: archivo / EL COMERCIO
El deporte, junto con una alimentación equilibrada, es el mejor aliado para lograr un estilo de vida saludable, alejado de enfermedades como el sobrepeso y obesidad. Sin embargo, cuando se lo hace empíricamente, hay el riesgo de sufrir lesiones.
Cuando la persona se involucra en una determinada actividad a la ligera, es posible que se demore en cumplir sus metas, porque desconoce por dónde empezar, se frustre y regrese a su vida sedentaria.
Para evitar aquello precisamente, se sugiere un examen predeportivo. Se trata de un análisis medico-clínico ortopédico completo, con el que se busca un certificado de idoneidad para la práctica de cualquier actividad física.
Ese documento, afirma el deportólogo José Reinhart, avala la condición física de cada deportista, ya sea de un profesional o de un aficionado.
En función de los resultados se elabora un plan de entrenamiento y de alimentación. Ese certificado es necesario en países como Italia, España y Argentina para ingresar al gimnasio, por ejemplo.
Con el examen predeportivo se pueden corregir diferentes anomalías o detectar algún impedimento, que de ignorarlo podría causar la muerte ante un gran esfuerzo físico.
Muchas personas con problemas del corazón, incluso futbolistas profesionales, han tenido que dejar de entrenarse para precautelar su vida.
El examen dura entre 90 y 120 minutos, aproximadamente, y consiste en una inspección minuciosa de cada parte del cuerpo: ojos, nariz, boca, pulmones, corazón e incluso las piezas dentales.
Reinhart explica que una infección en un diente o una muela podría desembocar en una miocardiopatía. Entre las anomalías más comunes que se pueden corregir luego de la evaluación médica está la mala pisada, producto de un pie plano o de un pie con arco muy pronunciado. La pisada neutra se consigue con el uso de una plantilla especial.
Aquello reduce significativamente el riesgo de molestias a nivel de los tobillos, de las canillas, de las rodillas, de la cadera y de la columna vertebral.
Este especialista explica que la demanda por este tipo de evaluaciones creció a partir de la emergencia sanitaria provocada por el covid-19. En Ecuador arrancó en marzo.
Las personas que se contagiaron y superaron la enfermedad son las más interesadas.
Reinhart explica que, tras la enfermedad, los pulmones quedan disminuidos en un 20, 30 o 40% y que es necesario un plan de entrenamiento direccionado para recuperar la condición física que se tenía hasta antes del contagio. Puede tomar entre seis y ocho semanas. El esfuerzo será progresivo.
El especialista recuerda el caso de un montañista de élite. “Luego de vencer al virus quiso correr al ritmo de siempre, pero no pudo. Tuvo que volver a acondicionar a su cuerpo”.
El primer examen predeportivo debería realizarse a los 10 años, cuando los niños y niñas empiezan a involucrarse en las diferentes actividades, para evitar problemas a futuro. Sin embargo, en Ecuador, las personas visitan al deportólogo a partir de los 55 años o después de sufrir alguna lesión.
Notas médicas
Durante la cita, el especialista pregunta sobre los antecedentes familiares. También apunta la talla, estatura y la presión arterial de cada uno de los pacientes.
Los deportistas aficionados se realizan un examen predeportivo cada dos o tres años. Los atletas de élite, en cambio, visitan al médico cada año.
Luego del chequeo, los pacientes reciben una guía nutricional y un plan de entrenamiento, según sus metas. Hay personas que solo quieren estar saludables.
Los niños pueden someterse a un examen clínico exhaustivo a partir de los
10 años, para detectar anomalías y corregirlas a tiempo con ayuda médica.