En el ensamble musical de charango participaron 14 artistas de diferentes grupos. Fotos: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
Uno de los instrumentos musicales más representativos de la región andina es el charango. Por su valor intrínseco, la Dirección de Cultura de la Universidad de Cuenca realizó por tercer año consecutivo el Festival del Charango, que reunió a artistas de diferentes grupos folclóricos del país y de Argentina.
Jaime Torres, de 70 años, fue el invitado especial de la tercera edición que se desarrolló el jueves y viernes pasados en el Teatro Carlos Cueva Tamariz, por los 150 años de esta casa universitaria. Con este exponente argentino hubo talleres, charlas magistrales, concierto de ensambles musicales y la exposición y venta de instrumentos de cuerda andinos.
El charango es un instrumento pequeño que según los registros históricos tuvo su origen en el altiplano boliviano, en el tiempo del Tahuantinsuyo. Con este instrumento se puede tocar todo tipo de música, porque tiene una escala policromática completa, explicó el artista Torres.
En las urbes andinas, casi todos los grupos de música folclórica tienen un experto en charango. Por ejemplo, Jorge Aguirre es del grupo Ayllu Llakta; Kevin Vaca, de Nari Cushkacuna; Alí Medina, de Alkamary; y Javier Sinche, de Nantu. Los dos últimos son de la capital lojana.
Los cuatro y otros 10 charanguistas nacionales en escena deleitaron al público con un repertorio de ensamble musical con temas como La subida, Chola cuencana, Llegando está el carnaval, Albazo ecuatoriano, El cóndor pasa… que merecieron el aplauso de los asistentes. “La música no es para competir, sino para compartir, dijo Torres”.
Durante los conciertos los artistas contaron algunas experiencias y particularidades del charango como, por ejemplo, que para entonar melodías utilizan los cinco dedos de la mano derecha; y el índice, medio y anular de la izquierda. Estos últimos sirven para bajar el tono de los sonidos.
Por su tamaño es mucho más armónico que la guitarra, dijo Alí Almeida, de 18 años, quien lleva 11 años tocando el charango. Las cuerdas pueden ser de nailon o de acero, pero los artistas prefieren las últimas porque no se estiran y consigue una mejor afinación.
Los tipos de charango como el ronroco, charangón, diablo y waylacho fueron expuestos a la venta por los cuencanos Virgilio Pugo y Oswaldo Morocho, considerados luthier o expertos en su fabricación. Los más finos y costosos son elaborados con el caparazón del armadillo, animal que vive en la Costa y Amazonía.
Se distingue uno de otro por su forma, tamaño y afinación, explicó Morocho, quien lleva 25 años elaborando instrumentos de cuerda. Su trayectoria fue reconocida y es parte del estudio de Patrimonio Sonoro, que elaboró la regional 6 del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.
Él construye y repara flauta, quenas, antaras, zampoñas, pingullos, guitarras y rondadores en su taller ubicado en el céntrico barrio de El Vado. Además, es considerado uno de los portadores relevantes de saberes ancestrales y revitalizador de esta manifestación en el Austro.
Virgilio Pugo es otro artesano que a través de este oficio ha logrado que este arte cultural perdure. Éltiene su taller en el barrio La Inmaculada de El Cebollar con sus hermanos Luis y Ángel. Los tres hermanos muestran su pasión por la música a través de la reparación y construcción de charangos, violines, violas, violonchelos, guitarras y arpas.
La música y los instrumentos son parte de la identidad y de tradición viva de los pueblos, dijo Virgilio Pugo, quien durante la exposición de instrumentos se mostró contento por el interés mostrado en la gente por sus obras.
Como actos paralelos se realizó una muestra fotográfica con el proyecto Vive Charango de Gabriel Art y la actuación de danzas tradicionales de grupos cuencanos. Según Reynel Alvarado, director de la Unidad de Cultura, el Festival está institucionalizado y cada año toma mayor interés por parte de los artistas.
El charango
La técnica para tocar este instrumento de cuerda impone el sonido particular que causa interés.
Teatro
En el Tercer Festival se presentó una obra de teatro y títeres que narró el cuento de ‘El quirquincho’.
Talleres
Durante los dos días los interesados participaron en talleres sobre elaboración de instrumentos andinos.
Wayrapamushka
Este grupo de danza de la Universidad presentó bailes típicos de la cultura Cañari y de Azuay.