Crear estrategias, cuidar a su mascota virtual o cosechar todos los productos de la granja, en una aplicación que tiene en el smartphone de su madre es la misión diaria de Isabela. Esta pequeña de siete años disfruta descargando aplicaciones para el celular de su madre o la tablet de su padre, incluso, con mayor experticia que ellos.
Un estudio de Ofcom, regulador de telecomunicaciones en Gran Bretaña, reveló que los niños de seis años se sienten más familiarizados con la tecnología, que los adultos de 45 a 49 años. Además, el 18% del segmento entre 6 y 15 años conoce acerca de servicios de mensajería como Snapchat, a diferencia de los adultos que no estaban al tanto de su existencia.
Pero ¿desde qué edad deberían tener un smartphone o una tablet?
Según la psicóloga Ana María Viteri, la edad más indicada para permitir que su hijo tenga un celular es a partir de los 12 años ya que son más concientes de su utilización. Es una forma de dar tranquilidad a los padres para que puedan ubicarlos fácilmente.
En el caso de una tablet, puede ser desde los 8 años pero siempre bajo la supervisión constante. Existen juegos didácticos que estimulan la creatividad y motricidad fina, por eso es recomendable a esta edad, pero siempre con un límite en el tiempo de uso.
Muchas veces los padres dejan que los pequeños jueguen con sus aparatos para que “se distraigan y estén más tranquilos”, como afirma Valeria Ruíz, madre de Sebastián de seis años. A esto se refiere la psicóloga como el “efecto niñera”.
Los niños se acostumbran al mundo virtual y dejan de lado el contacto con la naturaleza o con el exterior. Al observarlo tranquilo y concentrado no advierten que puede significar un problema.
Por ejemplo, los padres de Isabela regulan sus horas de acceso a los juegos, ya que tienen miedo de los efectos negativos que se puedan presentar en el futuro. Ante la insistencia de la pequeña, su madre ha pensado en regalarle una tablet, pero no será antes de que cumpla los 12 años, edad a la que ella le regalaron su primer teléfono celular.
La psicóloga explica que en la actualidad los niños son los que más están expuestos a los avances tecnológicos desde edades más tempranas que en el pasado. Recomienda que se destine un máximo de cuatro horas a estos aparatos, que deben ser retirados en la noche, ya que de esta forma el niño utilizará el tiempo para dormir y no para desvelarse jugando o interactuando a través de las redes sociales.