Betty Gilpin (‘Glow’) asume el protagónico interpretando a Crystal. Foto imdb.com
En una conversación por mensajes de texto, un grupo de amigos habla de reunirse en “la mansión”, para la cacería humana; se refieren a sus víctimas como “los deplorables”. La charla de esa primera escena pasa a los hechos en un thriller de supervivencia, con intenciones de crítica social, que se estrena como ‘La caza’.
En los años 30 del siglo pasado, la cinta ‘El malvado Zaroff’ fue de las primeras en llevar a la pantalla la idea de una persona cazando a otra por diversión. La premisa se fue repitiendo y refinando con ciertos matices, hasta llegar a ser la base de producciones como ‘Los juegos del hambre’, en el nuevo milenio.
Este nuevo filme, dirigido por Craig Zobel, retoma esa tesis y muestra a 12 desconocidos que despiertan en medio de un bosque, sin saber dónde están ni cómo llegaron allí. No pasa mucho tiempo antes de que se den cuenta de que son presas de cazadores.
En medio del caos inicial es posible distinguir a la chica frágil pero intuitiva, al tipo apuesto y protector, al osado o a la desconfiada, cualquiera de ellos perfilándose como aspirantes a protagonista.
Damon Lindelof y Nick Cuse escribieron un guión que constantemente busca desafiar las estructuras tradicionales. Eso incluye eliminar al hipotético héroe apenas iniciada la historia, dejando a la vista a un personaje secundario que podría asumir el papel principal (a no ser, que también corra con la misma suerte).
Además, la transgresión de esa convención narrativa sucede en medio de un espectáculo de sangre y violencia gráfica extrema, que lleva a la cinta del suspenso al gore. Uno a uno, los cuerpos irán cayendo bajo una lluvia de flechas, balas, granadas y otros métodos empleados para magnificar el impacto visual.
Los sobrevivientes intentan ponerse a salvo en medio de batallas y persecuciones escenificadas bajo los métodos del cine de acción. El horror de la violencia explícita y la tensión de la cacería también toman respiros con un retorcido sentido del humor, que modula el tono del filme hasta el final.
Las alusiones políticas, corporativas, de clase y raza, así como el estereotipo de ciertos personajes tienen la intención de retratar, desde la sátira, la polarización ideológica de la sociedad estadounidense. El juego de poder en medio de un espectáculo de terror introduce a la cinta en el thriller social, al estilo de ‘La purga’ o ‘Huye’.
La mejor estrategia del filme es poner a prueba las expectativas del público, no solo respecto del protagonismo de los personajes sino también sobre las distintas direcciones que toma la película.
Eventualmente, los detalles de la teoría conspirativa que motivaron la cacería se despejan. Como en el mundo salvaje, el cazador y la presa resuelven el conflicto en un enfrentamiento final, que bien podría ser parte del compendio cinematográfico de Tarantino.