Colaboradores del Ministerio del Ambiente siembran plantas, como algarrobos, en los alrededores del cerro Catequilla, ubicado en el norte de Quito. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Al ascender al cerro Catequilla, en el norte de Quito, se observan dos realidades distintas. A la altura del puente sobre el río Monjas, paso obligado para llegar a la cumbre, se observan las consecuencias de la explotación de material pétreo en la zona. Cada vehículo que recorre el sitio levanta una estela de polvo que dificulta la respiración y deposita en el aire material particulado.
“Ya estamos acostumbrados”, dijo resignado Mario Chávez, morador de esa zona de San Antonio de Pichincha desde hace 17 años. “La gente siempre pregunta si por aquí se llega a la verdadera Mitad del Mundo”, recordó el morador.
Camino arriba, el panorama en el cerro cambia. Decenas de voluntarios del Ministerio del Ambiente (MAE), con picos y palas en mano, abren huecos de 60 cm de profundidad en los alrededores de la elevación.
El trabajo no es fácil. Los rayos del sol que caen perpendicularmente en el sitio exacto del centro del mundo afectan a los hombres. Además, el terreno es inestable.
Según información del MAE, el objetivo de la reforestación en el Catequilla es recuperar el ecosistema del lugar. Estas acciones se enmarcan en el Plan Nacional de Restauración Forestal, que busca reforestar 500 000 hectáreas (ha) a escala nacional hasta el 2017. La inversión para cumplir este objetivo asciende a USD 288 millones.
El Plan señala que a pesar de que se registra un descenso en los índices de deforestación en el país, esta aún una problemática que afecta al B. En el período 1990–2000, la deforestación promedio fue de 89 944 ha por año. Mientras que del 2008 al 2012, la cifra bajó a 65 880 ha por año. Los datos se recogen en el Plan de Restauración Forestal.
En el caso del cerro Catequilla, además de la importancia histórica del sitio se pretende restaurar las especies originarias. Con camionetas 4×4 se llevan hasta la cumbre plantas nativas para ser sembradas, como yalomán, cholán y algarrobo. A lo largo de esta zona se sembrarán 15 000 especies.
Para hacerlo, fue necesario cumplir un proceso de restauración del suelo, ya que presentaba una degradación considerable que impedía el crecimiento de vegetación.
Por la falta de humedad en la localidad, se puso en los hoyos materia orgánica e hidrogel, que hidratarán a la planta por un lapso de seis meses.
La deforestación, según la propia Organización de las Naciones Unidas (ONU), causa más del 18 % de las emisiones de dióxido de carbono en el mundo. De ahí que la siembra de nuevas especies es vista también como una alternativa para mitigar los efectos del cambio climático.
En el Plan de Restauración se analiza también la afectación económica que deja la deforestación al país. Se hizo con base en elementos de análisis como la fijación de carbono, captación hídrica, agua para consumo humano, entre otros. El dato que se desprende es que la deforestación deja cada año pérdidas por USD 75 millones.
Diana Fabara, docente de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Central, advierte que los resultados de la reforestación son a largo plazo. “Los efectos de los nuevos árboles en el ambiente se podrán ver en al menos 100 años”.
Lo importante es, agregó, que la sociedad tome conciencia y también reduzca sus consumos innecesarios. De lo contrario, la reforestación a escala global no reducirá el calentamiento del planeta.
Según el MAE, en lo que va del 2014 en el país ya se han reforestado en total 100 000 ha. La reforestación del Catequilla se anunció en febrero pasado, durante la campaña para la reelección de Augusto Barrera, exalcalde de Quito.
En contexto
Las acciones a tomar para frenar la deforestación y las alternativas para reducir los efectos del calentamiento global, son dos temas que serán abordados durante la Cumbre de Calentamiento Global COP 20, que se desarrolla durante esta semana en Lima, Perú.