La Casa de las Bandas crea su propia orquesta para niños y adolescentes

En los últimos años, La Casa de la Bandas ha trabajado ofreciendo apoyo técnico en la capacitación de ensambles locales. Foto: Cortesía Casa de las Bandas

En los últimos años, La Casa de la Bandas ha trabajado ofreciendo apoyo técnico en la capacitación de ensambles locales. Foto: Cortesía Casa de las Bandas

En los últimos años, La Casa de la Bandas ha trabajado ofreciendo apoyo técnico en la capacitación de ensambles locales. Foto: Cortesía Casa de las Bandas

Un espacio para incentivar el arte musical en niños y adolescentes y fortalecer la tradición intangible del patrimonio musical son los objetivos que persigue la creación de la Orquesta Infanto Juvenil, impulsada por La Casa de las Bandas.

En una audición se elegirá a los primeros aspirantes e integrantes de este conjunto musical.

El trompetista y arreglista Wilson Cruz será el director musical de la orquesta que nace como un espacio de capacitación no formal y de acceso gratuito. “Es parte de un proceso cultural y de identidad colectiva que tiene sus raíces en las bandas populares, que se consolida durante la época de la independencia”, asegura Cruz.

La Casa de las Bandas plantea un programa de capacitación con talleres divididos en tres niveles que van de iniciación musical a conocimientos avanzados. El director explica que cada nivel tendrá la duración de un año lectivo, a los que se podrá acceder por un proceso de selección.

Hasta el momento hay 350 personas que se han inscrito en la convocatoria disponible en el portal de Quito Cultura (www.quitocultura.com) y que terminará mañana. La convocatoria está dirigida a niños entre 8 y 18 años que tengan interés en el conocimiento y en la interpretación de instrumentos de viento y percusión.

En las audiciones se probarán la aptitud y los conocimientos de los aspirantes, tras lo cual serán ubicados en el respectivo nivel y, si su rendimiento lo amerita, serán recibidos como integrantes de la orquesta.

“Estamos convencidos de que la música es una herramienta que aporta en el desarrollo psicomotriz, cognitivo, emocional y social de las nuevas generaciones de músicos y artistas”, asegura Cruz.

El director respalda su afirmación en la experiencia de otros proyectos previos, en los que La Casa de las Bandas ha participado con apoyo técnico a la formación y capacitación de otras agrupaciones locales, como las bandas de Nayón, El Inca, Ponciano, entre otras.

Los ensayos y los primeros conciertos serán parte de una segunda etapa, que se iniciará entre julio y agosto. La meta, dice Cruz, es preparar una gran presentación en el marco del Bicentenario de la Batalla de Pichincha, en el 2022.

En el contexto de la pandemia se han diseñado metodologías de trabajo presencial que permiten mantener las medidas de bioseguridad. El plan es realizar ensayos por segmentos, dividiendo la orquesta en vientos metal, madera y percusión.

Para Cruz, la orquesta también representa una oportunidad para que los jóvenes vayan saliendo del confinamiento, tengan una alternativa para el uso del tiempo libre haciendo de la música un espacio de resiliencia y reencuentro social.

“El repertorio tendrá un 80% de música nacional y un 20% de música clásica universal”, dice Cruz sobre la línea de trabajo que em­prenderá la orquesta.

En los dos últimos años, el director musical ha trabajado en el arreglo y adaptación de 41 obras musicales.

La lista incluye sanjuanitos, albazos, cumbias, pasacalles, aires típicos, tonadas, danzantes, fox incaicos y más, de compositores como Luis Alberto Valencia, Salvador Bustamante, Segundo Bautista, entre otros. También hay piezas clásicas, de Beethoven y Mozart.