25 000 raciones de jucho se repartieron en la explanada del parque Guayaquil. Fotos: Cortesía Municipio de Riobamba
Centenares de personas llegaron a la explanada del parque Guayaquil, en el centro de Riobamba, para degustar el jucho, una bebida ritual andina.
La preparación se hace con almidón de maíz, capulí y durazno y, según la cosmovisión andina, representa la fertilidad de los campos. Por eso la consumen durante la temporada de Pawkar Raymi, uno de los cuatro festejos del calendario andino que coincide con la fiesta mestiza de Carnaval.
El evento, organizado por el Municipio de Riobamba, se realizó la semana pasada como parte de la agenda de fiestas de Carnaval. El objetivo fue difundir y rescatar las tradiciones indígenas del Pawkar Raymi.
Aunque la bebida es muy popular en las provincias de la Sierra Centro durante esta época, pocas personas conocen que tiene origen andino.
El término kichwa ‘jucho’ significa colada. La preparación se hace con capulíes y duraznos enteros cocidos en el almíbar natural de las frutas. Luego se incorpora almidón de maíz o de yuca para obtener una consistencia espesa.
Según los yachaks, este es un alimento sagrado por su tonalidad morada y por la forma de los capulíes, que se asemeja a la de los ovarios, y para ellos es un símbolo de fertilidad.
“El capulí es una planta especial en nuestra cultura; está relacionada con la energía y los augurios para el nuevo año andino, que según nuestro calendario ocurre en marzo”, explica Valeriana Anaguarqui, una yachak de Chimborazo.
Según ella, cuando en un racimo de capulíes se cuentan más de siete frutos, significa que el nuevo ciclo será abundante y próspero, sin embargo, cuando hay menos, es señal de que habrá escasez en las cosechas.
El jucho se consume en todas las provincias en las que hay producción de capulí, como Tungurahua, Cotopaxi y Bolívar, pero está más arraigada en Chimborazo, por la gran cantidad de árboles silvestres que crecen en los campos.
“El jucho resume la interculturalidad en una sola bebida. En la época de la Colonia, los mestizos adoptaron la receta andina y le incorporaron ingredientes como la canela, la pimienta de dulce y el clavo de olor. Los capulíes se consiguen solo durante esta época del año y por eso para nosotros también es un símbolo de fiesta”, explica Aurora Avilés.
Ella es una de las fundadoras de la iniciativa Jatun Jucho. El proyecto se creó con el objetivo de recuperar la preparación de la bebida ancestral y para difundir su significado.
En la primera edición, realizada el 2012, se repartieron 5 000 raciones. Este año se sumaron tres escuelas de cocina de Riobamba y se repartieron 25 000 raciones.
Las frutas y los otros ingredientes fueron entregadas al alcalde Napoleón Cadena en los mercados, como jochas de los comerciantes (regalos).
“Sin la generosidad de todos, este evento no hubiese sido posible. Estamos felices de compartir las tradiciones de Carnaval en este ambiente de unidad”, dijo Cadena.
La repartición del jucho se realizó el jueves pasado y estuvo presidida por los personajes tradicionales de Carnaval. Pierrick Van Dorpe representó al Yaya Carnaval y Mirtha Costales a la Mama Shalva.
Ellos llegaron a la Concha Acústica del parque Guayaquil, en compañía de danzantes y representantes de varias parroquias indígenas.
Allí se realizó también un concurso de coplas de Carnaval y de bandas de pueblo. Participaron unos 150 artistas.
El Pawkar Raymi es la fiesta del florecimiento. Se inicia en febrero, cuando los campos están floridos, y concluye el 21 de marzo, cuando se inicia un nuevo ciclo en el calendario.
En esa época los indígenas agradecen con ceremonias por la cosecha y la fertilidad.