Entrevista/Carmen Báez, educadora
Las estadísticas oficiales señalan que únicamente el 6% de los chicos con problemas auditivos y que estudia ha logrado culminar el colegio y el 1% ha ingresado a la universidad.
¿Con estas cifras se puede hablar de una educación inclusiva en el país?
Todavía no se vislumbra un modelo de inclusión de personas sordas hacia educación regular, en el sentido de que los maestros no están suficientemente preparados. Además, no existen estrategias metodológicas para educar e incluir a las personas con discapacidad auditiva en el país. Una persona con sordera profunda necesita de un docente con manejo de lenguaje de señas que los maestros regulares no lo tienen y que los docentes de educación especial lo conocemos de forma empírica.
¿Cuáles son las deficiencias de los docentes?
El docente ecuatoriano no tiene preparación para incluir de forma acertada en la educación a las personas con discapacidad. No cuenta con el material adecuado para enseñar, en especial a personas sordas, que necesitan otro tipo de recursos. Necesitamos aprender el lenguaje de señas que es la primera lengua de los sordos. Especialmente necesitamos que en el país se fijen parámetros y metodologías para la enseñanza a personas con discapacidad. Lo elemental es que se considere a la persona sorda como una persona capaz.
Con base en esos parámetros ¿cuáles son sus requerimientos?
Primero que el maestro tenga a su lado un intérprete para que pueda educar, para que los alumnos tengan un conocimiento significativo y no obsoleto. Se necesita mayor atención a la educación especial, en el sentido de que existan permanentes capacitaciones en lenguaje de señas. La Federación de Sordos del Ecuador tiene un diccionario de señas que hasta la fecha no hemos recibido. Necesitamos un mayor compromiso para mejorar las condiciones de las personas con discapacidad.
¿Cómo hacer más inclusiva la educación regular?
Se habla de educación inclusiva con iguales oportunidades en la educación regular. Pero se requiere que en el aula el docente cuente con un intérprete, con un modelo lingüístico actualizado, con materiales especiales, etc.
¿Nada de eso existe?
En la educación especial no hemos recibido capacitación; hemos aprendido empíricamente el lenguaje de señas, pagando cursos para mejorar el aprendizaje de las personas sordas dentro de las aulas.
¿Qué otras dificultades enfrentan las personas sordas en la educación?
En Ecuador no hay un estudio lingüístico de la lengua de señas. En ese sentido, como maestros no conocemos la estructura gramatical para enseñar a las personas sordas. Nuestras clases son con textos en español no en lenguaje de señas. Por eso las personas sordas tienen dificultad de leer y escribir por el desconocimiento metodológico de los docentes.
Pero hay normas que regulan ese tipo de cosas…
En la Ley de Discapacidades se dice que los maestros tenemos que trabajar con las personas sordas o discapacitadas con lenguaje de señas y con modelos apropiados, pero sin capacitación y material adecuado nuestro trabajo seguirá siendo empírico, no especializado.
¿Es por eso que solo el 6% de esa población logre culminar el bachillerato?
Sí, por ejemplo en la educación regular no hay una enseñanza personalizada. Las personas con discapacidad reciben cátedra con más de 20 alumnos. A esto se suma que no hay una comprensión entre el maestro y la persona sorda por la falta de comunicación. Es ahí cuando los estudiantes con discapacidad auditiva se frustran y desertan para trabajar.
¿Cómo ha cambiado la educación especial en los últimos años?
Salían con títulos técnicos, para trabajar en panadería, carpintería o corte y confección. Antes se pensaba erróneamente que las personas sordas no eran capaces de adquirir otras habilidades, pero pensar así es un error.
Hoja de vida.
Tiene Diplomado Internacional en Gestión de Salud Ocupacional y cursos de alfabetización digital avanzada de Internet. Habla de la necesidad de capacitar a los maestros de educación inclusiva.