Carlos Rota es ‘El hombre que siempre hizo su parte’

El documental de Carlos Rota tendrá exposición en el Festival EDOC, la historia cuenta sobre dos extranjeros residentes en Ecuador. Foto: miradasdoc.com.

El documental de Carlos Rota tendrá exposición en el Festival EDOC, la historia cuenta sobre dos extranjeros residentes en Ecuador. Foto: miradasdoc.com.

El documental de Carlos Rota trata sobre el científico, escritor y hombre de negocios que busca dejar huella de su legado mientras lucha contra la soledad. Foto: miradasdoc.com. 

La pronunciada encorvadura de su espalda, una avanzada calvicie y la piel agrietada aparecen como el rastro que ha dejado el tiempo, a su paso sobre la humanidad del doctor Carlos Rota, un hombre alto y delgado de mirada directa y facciones duras, que, sin embargo, se mueve con ligereza en medio de su propio caos, concentrada en un oficina privada de la capital.

Rota es un hombre de negocios, científico y escritor y también ‘El hombre que siempre hizo su parte’, el documental del que es protagonista y que se presenta en la sección Cómo nos ven, cómo nos vemos, del Festival Internacional de Cine Documental Encuentros del Otro Cine (Edoc).

Es el propio protagonista quien se encarga de presentar a Orisel Castro (Cuba) y York Neudel (Alemania), dos extranjeros residentes en Ecuador, como los autores del documental, mientras sostiene una conversación telefónica con un amigo, a quien busca revelarle información altamente relevante sobre un ministerio.

Aunque la peculiaridad de su aspecto lo convierta en un personaje urbano irrepetible, Rota es un hombre solitario en medio de la multitud. Los almuerzos sin compañía en fondas populares, las escasas visitas que recibe en su estudio, la indiferencia de la gente en eventos sociales y culturales dejan una sensación de abandono, como una especie de consecuencia trágica e irrevocable de la vejez. De su familia solo se enuncia la existencia de dos hijas con las que no mantiene una buena relación y el contacto con unos pocos conocidos se resuelve básicamente por teléfono.

Castro y Neudel son de los pocos que se atreven a penetrar en la intimidad de Rota y su estudio repleto de periódicos, libros en varios idiomas, sobres, discos, papeles manuscritos y taquigrafiados y una amplia colección de los más variados y extraños objetos que se acumulan sobre mesas, estantes y que incluso copan el suelo.

En esa interacción Rota también cuestiona a los documentalistas que por momentos dejan de ser simplemente testigos de una realidad para convertirse en narradores y personajes de su propia película. El corte final no oculta esta intromisión narrativa y más bien es usada como un recurso narrativo, que deja abierta la inquietud sobre el contacto entre un personaje y la cámara y hasta qué punto es capaz de alterar una realidad.

Nombres, cifras, fechas, referencias históricas se mezclan en la habitación así como en los relatos sobre conspiraciones, música, obras literarias, descubrimientos científicos y teorías políticas, que pese a ser expuestas con gran elocuencia dejan una impresión surrealista.

Pero Rota no está dispuesto a perder la batalla contra el olvido y se aferra a la imagen que se pueda proyectar a través del documental, como último recurso en busca de un reconocimiento que le ha rehuido toda su vida y en el que intenta dejar registrado parte de su legado y escapar del vacío.

La cinta llega al Festival Internacional de Cine Documental Encuentros del Otro Cine (Edoc) después de haber participado en otros encuentros cinematográficos en España, Colombia, México, República Dominicana, Gran Bretaña y Perú. Las dos últimas funciones son este jueves 17 de mayo a las 17:00, en el Ochoymedio, y el sábado 19 de mayo, a las 15:15, en el Incine.

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