Su recorrido por Ecuador continuará por diversas ciudades y culturas del país. Foto: Cortesía Carlos Grijalva
La música montuvia forma parte del nuevo proyecto del cantante ecuatoriano Carlos Grijalva, ‘En clave Ecuador’, que incluye una variedad de sonidos y de géneros que representan a diferentes culturas del país. El artista lleva meses recorriendo las zonas de Ecuador para encontrar fusiones, ritmos y letras que le permitan visibilizar esa diversidad a través del arte.
“El montuvio no solo se sienta y hace música. Los amorfinos que cantan están llenos de palabras conmovedoras y de poesía. Para crear este proyecto fue necesario vivirlo y ser parte de esa cultura, porque hacerlo con una visión desde afuera no te da todo ese conocimiento”, explica Grijalva.
El quiteño, reconocido por hacer pasillos, albazos y yaravíes, formó parte del cartel del Verano Artes Quito (VAQ) el pasado fin de semana y presentó de forma oficial su proyecto en compañía de dos de los artistas invitados de su proyecto: Carlos Wellington (Portoviejo) y Víctor Zambrano, más conocido como El montuvio de Trigresito (Calceta).
De acuerdo con Grijalva, ‘En clave Ecuador’ nació de la necesidad de visibilizar las culturas ecuatorianas, pero con experiencias empíricas. Ha estado en diferentes ciudades del país y visitará otras, y destaca festividades populares como el Inti Raymi de Cayambe, “que son fiestas culturales muy importantes pero que no siempre les damos espacio”.
Sus grabaciones con los dos artistas montuvios serán parte de un trabajo discográfico, ‘En clave Ecuador’, que saldrá a finales de este año. Este disco, comenta Grijalva, no será suyo únicamente, pues contará con la participación y colaboración de varios músicos alrededor del país y de diferentes manifestaciones culturales.
Durante su experiencia en Manabí, que tuvo lugar 15 días antes del terremoto, Grijalva conoció instrumentos musicales y técnicas rítmicas. De sus shows con Víctor Zambrano destaca que este músico toca el bandolín, que es “el instrumento más ecuatoriano que hay”, además del requinto.
Los dos hijos del cantante manabita también se han involucrado en la música, aunque tienen otras profesiones, pues han considerado importante mantener vivo el legado de su padre. “Víctor (Zambrano) me contó que tocaban las tamboras, pero que eran instrumentos hechos por ellos mismos y de los que no hay un registro o documento”.
Por su parte, Carlos Wellington se destaca por sus letras dirigidas a los niños, llenas de leyendas e historias que dan realce a la cultura montuvia. Es acordeonista y cantante y ha estado activo en la música participando en la fiesta navideña del chigualo.
El pasado sonoro de Ecuador es un recorrido por la historia del país a través de la música. Grijalva cree que es fácil asociar el concepto de música ecuatoriana con el pasillo y el albazo, pero que hay más géneros que representan al país.