La carga viral varía según la exposición

Los científicos realizan estudios para comprobar si el virus ha perdido fuerza

El número de afectados y fallecidos a causa del covid-19 sigue aumentando, pero también hay más personas recuperadas. Según declaraciones del director del laboratorio de microbiología y virología del Hospital San Raffaele de Milán, Massimo Clementi, el SARS-cov-2 se estaría debilitando con el paso del tiempo.
El investigador afirma que la carga viral del coronavirus es hoy 100 veces más débil que a principios de marzo. Según Clementi y otros expertos, el cuadro clínico ha cambiado y, en particular, los casos graves que se vieron al comienzo de esta pandemia han ido disminuyendo. “Ya no recibimos a pacientes que deben ser transferidos inmediatamente a la unidad de cuidados intensivos y someterse a respiración asistida”, señala.
Al respecto, el médico Carlos Salcedo precisa que ante todo hay que hacer estudios. No basta con una observación empírica de una situación de aparente mejoría, hay que determinar las causas con exactitud y hacerlo a partir de hipótesis que deben ser comprobadas con datos. Para él, todavía es temprano para afirmar que el covid-19 pierde fuerza.
Massimo Clementi y su colega Guido Silvestri, profesor de patología en la Universidad de Emory en Atlanta, señalan que les preocupa más la aparición de un nuevo virus que la virulencia actual del SARS-cov-2. Alguien dijo que era como si este virus hubiera “envejecido”, señala Clementi, que junto a Silvestri pretende publicar próximamente un estudio con estas conclusiones.
Sobre este aspecto, Fabricio González, médico internista y especialista en Genética Médica y de Poblaciones, dice que los virus no envejecen porque no son un ser vivo como tal, sino una cadena de información genética; se transforman para adaptarse y sobrevivir como especie. Además, precisa que primero hay que comprender qué es la carga viral. Esta se trata del número de copias de un virus que existen en el cuerpo humano en determinado momento. Ese número depende sobre todo de las defensas, y está en relación directa con la fortaleza o debilidad del sistema inmunológico.
El catedrático lo ejemplifica: “un joven de 20 años, que hace actividad física, no fuma y no tiene sobrepeso, tendrá un sistema inmune capaz de disminuir la carga viral. Además, la carga viral depende del entorno”.
González dice que un enfermo en un cuarto sin ventilación y con 10 personas producirá más infección en los otros porque el virus no podrá salir y la exposición será mayor. Después dependerá de las defensas de cada uno de los 10. El investigador dice que no es extraño que en sectores como Chillogallo o Guamaní, en el sur de Quito, o en La Comuna o Calderón, en el norte, haya mayor carga viral de SARS-cov-2 en la gente porque las personas están acostumbradas a estar más cerca unas de otras, ya que así se vive y se trabaja en estas zonas. Esto hace que más copias del virus tengan más huéspedes posibles. Hay que considerar luego la inmunología de cada uno de ellos.
El microbiólogo Gabriel Trueba considera que la carga viral -entendida como la cantidad de copias del virus que una persona elimina- sí puede variar. En la influenza, por ejemplo, la cantidad de virus que expulsa una persona con pocos síntomas es mucho menor que en el caso de alguien con un cuadro clínico más severo. Pero según Trueba, esto no pasa con el SARS-cov-2.
Según el investigador, las personas asintomáticas tienen la misma cantidad de copias del virus que una persona que tiene síntomas severos. El experto observa que hace falta mucha investigación: “solo para saber en qué parte del cuerpo hay más carga viral, haría falta analizar en un cadáver cuántas copias del virus hay en los pulmones o en la garganta”.
Para el internista González, los “soldaditos” que nos defienden están haciendo mejor su trabajo, por eso ha bajado la carga viral y por ello no hay una afectación del SARS-cov-2 como en marzo o abril. Pero reitera que eso depende también de seguir con las medidas de prevención y, sobre todo, de la distancia social.