El diseño arquitectónico de la ‘Archi+ Carbon Positive House’ permite el ahorro anual de 101% en las emisiones de carbono. Foto: www.archdaily.com
El carbono tiene varios alótropos, como el diamante, el grafito, el grafeno o el amorfo. Es un material con unas cualidades fisicoquímicas sorprendentes, que permiten su uso en un sinnúmero de aplicaciones.
Eso es, precisamente, lo que ha logrado hace poco el estudio australiano ArchiBlox, que acaba de diseñar la primera casa prefabricada de carbono positivo del mundo.
Las casas carbono positivo ofrecen un diseño más consciente del medio ambiente, tanto a través de una reducción energética durante su construcción, como manteniendo una producción positiva de energía a lo largo de su uso.
La primera instalación de este revolucionario diseño comenzó el 8 de febrero en el City Square de la ciudad de Melbourne, Australia, según explica el portal Plataforma Arquitectura.
Aparte de las reducciones energéticas iniciales, estos inmuebles introducen un estilo de vida sustentable después de su construcción.
El uso de tecnologías de control térmico permite inteligentes soluciones para la reducción en costos de calefacción y refrigeración. Estos incluyen climatización geotérmica, paredes correderas de cultivos -que reducen la incidencia solar- y techos verdes que proporcionan un mejor aislamiento térmico y acústico.
Otras ganancias adicionales en el rendimiento térmico, explica el portal Arch Daily, se logran a través del uso de estructuras herméticas, que conservan el calor o el frío en el interior y el uso de aislantes, separando así las condiciones térmicas de los interiores y los exteriores.
La ‘Archi+ Carbon Positive House’ destaca en el ámbito de la sustentabilidad por sus estrategias de diseño pasivo. Los muros verdes o de cultivo son utilizados en los meses de verano para reducir y filtrar la radiación solar, mientras que en los meses de invierno se retraen para crear un envolvente térmico más compacto.
El sistema de climatización geotérmica consiste en tubos que introducen aire externo al interior de la casa. Este es después expulsado a través de las ventanas opuestas, creando así una ventilación natural cruzada. El techo verde actúa como una continuación de las paredes verdes correderas.
La “zona de aislamiento” o jardín de invierno, promueve esta función al separar áreas interiores y exteriores. Actuando como el “pulmón de la casa” y la “canasta de alimentos”, esta área sirve como un radiador durante el invierno, captura y distribuye el calor solar por el resto de la casa, mientras que en verano bloquea la radiación solar y proporciona un jardín para el goce de los ocupantes.
El uso de ventanas de termopanel, energía solar y reciclaje de aguas mejoran la sustentabilidad del inmueble. El pequeño tamaño de la estructura asegura una reducción de electricidad y energía, mientras que su diseño en planta libre fomenta flexibilidad y maximiza la superficie útil.
Todos los materiales usados en la casa están libres de emisiones contaminantes y son de origen sustentable, creando un ambiente más saludable, no solo para los ocupantes sino para toda la comunidad.