El cantón Samborondón recupera juegos montuvios

El concurso del chancho ensebado causó risas. Los ganadores fueron unos adolescentes provenientes del barrio Las Pampas, que atraparon al animal en 10 minutos. Foto: Alexander García/EL COMERCIO

El concurso del chancho ensebado causó risas. Los ganadores fueron unos adolescentes provenientes del barrio Las Pampas, que atraparon al animal en 10 minutos. Foto: Alexander García/EL COMERCIO

El concurso del chancho ensebado causó risas. Los ganadores fueron unos adolescentes provenientes del barrio Las Pampas, que atraparon al animal en 10 minutos. Foto: Alexander García/EL COMERCIO

El cantón Samborondón pretende hacer justicia a su título de capital ecuestre de Ecuador. Con el objetivo de mantener viva la tradición de los juegos ligados a lo campesino, el Municipio organizó el fin de semana el Festival de Costumbres Ancestrales y Montuvias, por la celebración de los 61 años de cantonización.

Entre los juegos a caballo se destacó el torneo de cintas, en que las mujeres compitieron por ensartar, en plena carrera, un pincho en un anillo de cobre colgado de un pañuelo. Ninguna de las seis participantes logró llevarse el pañuelo.

“Había montado de adolescente a caballo y me dio un poco de temor al principio, pero terminó siendo muy divertido, un buen plan para celebrar las fiestas”, indicó Wendy Ayala, una de las residentes que concursó. La idea fue vincular a los habitantes del casco urbano (hombres, mujeres y niños de los comités barriales) con juegos típicos y concursos a caballo, vinculados con las raíces de la comunidad.

“Es la recreación de todo un patrimonio cultural inmaterial”, explicó Lester Cano, coordinador del Comité Ecuestre de Samborondón.

Los juegos se realizaron un día antes del rodeo para jinetes profesionales en el recinto ferial Plaza Rodeo, escenario con capacidad para 2 000 personas, uno de los más grandes de su tipo en Ecuador, inaugurado por la Prefectura del Guayas el pasado septiembre.

“Hay habitantes de Saborondón que ya no saben lo que es montar a caballo y el festival busca también recordarles esta experiencia”, agregó Cano. Óscar Arechua, de 17 años, habitante del barrio Las Pampas, tampoco había participado en el juego del chancho ensebado, en que tres equipos corretearon un cerdo embadurnado con sebo, lo que dificulta atraparlo. Pero dijo tener experiencia con los animales, pues en casa su familia cría cerdos.

Nada de botas ni de sombreros. Los niños y jóvenes participantes llegaron vestidos con bermudas, sandalias y camisetas deportivas. Se quedaron sin camisa para el juego. El equipo de cuatro adolescentes de Las Pampas ganó la competencia y se llevó el animal como premio, luego de que los competidores persiguieran al chancho por 10 minutos, para divertimento del público que asistió, entre risas, al concurso.

El equipo de Arechua confinó y abrazó al chancho ensebado en la tierra. Luego los cuatro integrantes sacaron en peso al animal de la arena, parte de las condiciones del juego para declarar al ganador. “El premio lo compartiremos en la cuadra, para Navidad”.

Entre los juegos de jinetes estuvo también el del barril, en el cual los espontáneos que se inscribieron debían completar un circuito entre tres barriles, maniobrando el caballo en el menor tiempo posible. En el ‘Rock and Roll’ cinco jinetes se turnaron para montar un caballo por equipo y completar por etapas un recorrido circular en el menor tiempo posible.

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