Siete perros de la Unidad Canina del Cuerpo de Agentes de Control del Distrito Metropolitano dan su servicio en el Parque Metropolitano del Sur. Foto: Edwing Encalada / EL COMERCIO
Aprovechar la sensibilidad de los perros para acompañar en la rehabilitación de las personas con discapacidades físicas, mentales y con problemas emocionales engloba el concepto de la canoterapia. Esta actividad demanda de varios procesos metódicos que se inician con la selección de los canes.
Según Fabiola Jiménez, representante de Canoterapia Ecuador, hay dos líneas muy marcadas de adiestramiento: los perros de terapia y los perros de servicio. “Ambos pasan por una selección desde que son cachorros para conocer su comportamiento, el cual marcará el resto de la vida del animal”, explica.
Para ella, primero se busca a los cachorros en la camada y se les aplica varias pruebas que determinarán su actitud frente al manejo de una asistencia. La selección se realiza a las siete semanas de nacido el can, mientras que a la semana siguiente se le retira de la camada para que empiece su etapa de entrenamiento.
Los perros son sometidos a procesos de sensibilización, a que se acostumbren a ser tocados y los llamen, se le enseña a controlar su esfínter, a escuchar ruidos y movimientos extraños. Se refuerza su aprendizaje con caricias, palabras agradables y con premios de comida. El entrenamiento de estos canes dura dos años.
Los perros de asistencia siempre van identificados. Foto: cortesía Canoterapia Ecuador
Según Juan David Palacino, director de Bocalán Ecuador, durante el proceso de selección no se evalúa a las razas sino al individuo. “No solamente los golden retriever son buenos para cumplir con estas funciones, sino que hay que analizar el perfil de cada ejemplar, como su sensibilidad, control ante los impulsos y estabilidad en sus emociones”.
Para él, la canoterapia debe ser diferenciada por categorías, entre un perro de asistencia y uno de intervención. En la primera, el animal se quedará de forma permanente con el usuario final.
La asistencia canina sirve para personas con visión reducida, discapacidad física, discapacidad auditiva y niños con autismo. Las intervenciones asistidas, en cambio, son variadas y cada una fija un objetivo específico, sin que el perro tenga que acudir al hogar de la persona”, señala.
En Quito, el servicio de intervenciones asistidas se lo hace en el Parque Metropolitano del Sur (gratis). Luis Chávez, subinspector de la Unidad Canina del Cuerpo de Agentes de Control del Distrito Metropolitano, detalla que en la actualidad prestan su servicio a 24 fundaciones, cada una con 25 personas, en promedio.
Ver cómo estas terapias mejoran la calidad de vida de las personas que acuden aquí, nos enorgullece”, comenta Chávez, mientras los perros de las razas collie, husky siberiano y golden retriever interactúan con los niños que padecen parálisis cerebral y síndrome de Down. Este servicio se realiza de lunes a viernes de 09:00 a 12:00, previa reserva.
‘Tips’ de terapia
Desarrolla el físico. Esta terapia ayuda a estimular el desarrollo muscular a través del ejercicio.
Mejora las defensas. La terapia le permitirá estimular el sistema inmunológico, para su salud.
Fortalece relaciones. La terapia le permite crear vínculos afectivos con las
demás personas.
Grupo con impacto. Es útil para personas con síndrome de Down, autismo, problemas de lenguaje, etc.
Alivia tensiones. Muy útil para combatir el estrés y depresión. La convivencia con canes tranquiliza.
Asesoría individual. Previo a realizar la terapia, evalúe los beneficios que busca con el tratamiento.