La enfermedad de Anthony es Sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer que ataca a los huesos. Foto: Vicente Costales/EL COMERCIO
Anthony Piedra, de siete años, era un niño feliz. Hasta hace seis meses corría tras un balón, salía a jugar como lo hacen los niños de su edad y sonreía. Desde que le detectaron un tipo de cáncer, todo cambió.
Actualmente la expresión de seriedad está en su rostro. No dibuja ninguna sonrisa mientras está con personas extrañas. Sus cejas se cayeron al igual que su pelo. Esto se debe a las sesiones de quimioterapia que soporta cada 15 días.
La enfermedad de Anthony es Sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer que ataca a los huesos. En su caso se inició en el fémur izquierdo. Al inicio, los padres observaron que la pierna izquierda estaba hinchada y contrastaba con la derecha. Por eso fueron al hospital del IESS para saber qué sucedía.
Los médicos de Solca le detectaron cáncer y le plantearon dos soluciones, la primera consistía en amputar el miembro hasta la cadera. La segunda es colocarle una prótesis total de crecimiento no invasivo.
La primera propuesta estremece a Lenin Piedra, padre del infante, quien no se imagina que su hijo pierda una extremidad desde tan corta edad. Por eso se aferra a la segunda opción. La prótesis le permitiría crecer a Anthony con relativa normalidad. No se necesitarían nuevas cirugías para regularla mientras el niño se desarrolla.
La cirugía es urgente porque el cáncer puede avanzar y contaminar todo su cuerpo. Según los documentos entregados por los padres, ese tipo de prótesis no se encuentran en el país y apelan a organizaciones no gubernamentales y al Gobierno para poder conseguirla. España es una opción.
“Necesitamos la prótesis. Pedimos que le hagan la cirugía donde quieran, pero que le solucionen el problema, por favor”, manifestó el padre. No conocen el precio de cuánto costaría el tratamiento total. Lenin e Irene Pilco, la madre del pequeño, son auxiliares en enfermería, su sueldo no les permitiría cubrir todo el tratamiento. El correo rafaelpiedra@hotmail.com está habilitado por si alguien desea contactarse para brindar ayuda.
Mientras esperan la prótesis y el tratamiento, Anthony sigue con estragos de su enfermedad. Ha faltado en múltiples ocasiones a las clases en la escuela San Gabriel, en Solanda, para ir al hospital y también porque hay niños que enferman de gripe y le pueden transmitir. Sin embargo, cuando asiste a las citas médicas no deja de aprender: en Solca recibe actividades escolares, gracias a un convenio entre esa institución y el Ministerio de Educación.
Bryan, hermano mayor de Anthony, lo anima cuando tiene crisis de histeria o cuando se deprime. Con sus solo 8 años hace lo posible por mantener ocupado a su hermano con juegos suaves, como los legos. Los padres dicen que es su súper héroe y quizá por eso luce como uno: usa la camiseta de Batman.