Actores, cinematógrafos, asistentes y actores, durante un rodaje en Quito. Archivo / EL COMERCIO
El pasado viernes se difundió un nuevo video dentro de la campaña del sector audiovisual, en rechazo a la fusión de los dos institutos adjuntos al Ministerio de Cultura.
La fusión del Instituto de Cine y Creación Audiovisual (ICCA) y el Instituto de Fomento de las Artes y Creatividades (Ifaic) fue anunciada en agosto por el presidente Lenín Moreno, para reducir la estructura del Estado.
Bajo el lema #ElCineNoSeDetiene, actores, directores, guionistas y otros profesionales aparecen en dos videos que circulan en redes sociales, en el que se pide al Gobierno fortalecer la institucionalidad del sector manteniendo la autonomía de las entidades, creadas a través de la Ley Orgánica de Cultura (2016).
Para la Asociación de Directores y Guionistas de Cine Independiente del Ecuador (ADG), la fusión de los institutos no depende del Presidente, sino que requiere de una reforma a la Ley Orgánica de Cultura, a través del Legislativo, según señala en un comunicado.
Mariana Andrade, de la Asociación de Directores y Guionistas de Cine Independiente, explica que la fusión crearía conflictos de competencias en los procesos administrativos y también incidiría en la aplicación de otras normas, como la Ley Orgánica de Comunicación, Régimen Tributario Interno, Fomento Productivo y el Código Ingenios.
Andrade coincide con la ADG en que el plan del Gobierno no solo que tendría un impacto mínimo de ahorro sino que debilitaría la institucionalidad de dos sectores (artes y audiovisual) con “cadenas de valor y mecanismos de creación, desarrollo, distribución y fomento bien diferenciados”.
Pablo Mogrovejo, representante de los documentalistas, explica que la economía cultural tiene una importancia estratégica en cada Estado.
Por un lado -dice- el audiovisual es uno de los principales elementos de consumo en un entorno digital, en constante crecimiento y desarrollo.
Por otro, en Ecuador la actividad cultural movió USD 2 700 millones entre el 2007 y el 2014 y de ese total, el 80% corresponde al audiovisual, según datos que maneja la Asociación de Documentalistas.
Cifras que se corresponden con la cantidad y diversidad de oficios y profesiones que se activan alrededor de la producción, según explica Daniel Andrade, representante de los profesionales técnicos.
Para Andrade, un sector que maneja una estructura financiera compleja requiere respaldo de instituciones técnicas como el ICCA, y políticas que le permitan competir en mejores condiciones con industrias más potentes. La fusión no solo implicaría un estancamiento de procesos sino un riesgo en la profesionalización y fuentes de trabajo.
El cineasta Fernando Cedeño es consecuente con la campaña. Sin embargo, asegura que la nueva institucionalidad del cine no ha favorecido la descentralización territorial de la producción ni tampoco ha mejorado los sistemas de inclusión para el cine independiente de bajo presupuesto.
Para el actor Álex Altamirano, la fusión podría impulsar nuevas políticas y procesos que amplíen sus competencias y beneficios sobre sectores menos atendidos, como el de los actores. El Director Ejecutivo del ICCA no accedió a pronunciarse sobre el tema.