Mal que pese a muchos, la telenovela como género es de los mayores -si no el mayor- aportes de América Latina a la industria televisiva mundial. Y hubo producciones extraordinarias. Basta mencionar las brasileñas ‘Roque Santeiro’ o ‘El clon’, las mexicanas ‘Cuna de lobos’ o ‘Corazón salvaje’.
La colombiana ‘Café con aroma de mujer’, transmitida en 1994, representó un antes y un después en el género. Mantuvo uno de los motivos centrales de toda trama de telenovela: el amor contrariado entre el hombre rico y la mujer pobre; una historia llena de obstáculos que deben ir sorteando, para al final decir: el amor prevalecerá.
Sin embargo, ‘Café’ tiene un aporte: incorpora la cultura cafetera y la del trabajo, algo que nunca se había visto. Habría que preguntarse si la historia de amor entre Sebastián, el millonario cafetero, con Gaviota, la recolectora, era lo que mantuvo en vilo a la audiencia o toda la trama detrás de la corrupción.
La genialidad de su creador, Fernando Gaitán, es que es una mujer contemporánea sale adelante por su propio esfuerzo. Además, es una metanovela: todo lo que sucedía en “la vida real” de la novela, tenía su correlato en las telenovelas de las que la madre de la Gaviota era una apasionada.
La actuación -y algo propio de la televisión colombiana es la creación de personajes- era extraordinaria.
Ahora en Netflix se está exhibiendo la versión del año pasado que se transmitió primero en Colombia por la cadena RCN, y luego por Telemundo, en EE.UU.
Es evidente que tiene ya una lógica de este tiempo: la corrección política. Se aborda el empoderamiento de la mujer (se arma una cooperativa de mujeres para un emprendimiento cafetero), el racismo contra el novio afroamericano de Marcela Vallejo (la rebelde de la familia), un mayor tratamiento de la homosexualidad (Bernardo) y los conflictos que traen los reinsertados de las FARC. Si en la primera versión fueron las ventas ficticias las que llevaron a la ruina, en este caso es el lavado de dinero.
Obviamente, tiene toda una tecnología a su favor para que las imágenes tengan más fuerza, pero las actuaciones y la caracterización de los personajes no son tan convincentes y asombrosas como en la primera versión.
Quizá su debilidad es que la mayor parte se dedica al culebrón. Recién al llegar al capítulo 50 toma fuerza el conflicto empresarial. Pero el trabajo y el café como cultura es tratado superficialmente, cuando la primera versión era casi un documental en que se aprendía del eje cafetero colombiano.
Ficha
Título: ‘Café con aroma de mujer’ (2021).
Creadora: Adriana Suárez, basada en la de Fernando Gaitán, 1994.
Actores: William Levy y Laura Londoño