En el Parque Centenario, en el centro de Guayaquil, se instalaron mesas de información sobre la cruzada para donar órganos, el jueves pasado. Cuatro voluntarios y tres pacientes, que han recibido trasplantes, explicaron a los transeúntes los detalles del programa. Vestían camisetas azules y blancas con los mensajes: ‘Yo soy donante voluntario’ y el ‘Trasplante cambió mi vida’.
La gente se interesaba y preguntaba cómo podía ser donante, además cuestionaban sobre dudas y mitos en torno al tema.”¿Qué pasa si me ponen el órgano de alguien enfermo?” Además recibían información de que los donantes también pueden ser vivos pero solo pueden dar una parte de un órgano. También preguntaban: “¿qué pasará si me ponen el órgano de alguien muerto?” La respuesta fue que el donante solo presenta muerte cerebral, por lo tanto el resto de sus órganos y tejidos están vivos y funcionando.
El viernes, en el Malecón Simón Bolívar se instaló también una mesita para conseguir donantes. La intención era explicar a los visitantes del lugar el programa y ‘carnetizar’ a los donantes. Un grupo de 15 alumnas del Colegio Gloria Gorelik rodeó a las cuatro voluntarias. La explicación fue sobre los datos que necesita el donante para inscribirse: nombre, dirección, número de cédula, edad, tipo de sangre, enfermedades que padece, teléfono y correo electrónico. Aunque nadie se inscribió, en el grupo había interés pero debían consultarlo con los padres, ya que son menores de edad, y el programa solo inscribe a mayores.
A un lado dos de los pacientes beneficiados con los trasplantes daban su testimonio. Federico Paredes y Ramón Espinoza recibieron un riñón cada uno y esto cambió sus vidas. Por eso explicaban lo importante que es inscribirse para salvar más vidas, que esperan por un donante.
El grupo de voluntariado también visitó el Buque Escuela Guayas, anclado en el malecón, donde cuatro marineros se inscribieron como donantes.
Los hospitales que están dentro de este programa son principalmente el Luis Vernaza de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. A través de un convenio entre el Ministerio de Inclusión Económica y Social y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, permiten la evaluación de sus pacientes y el proceso completo de trasplante.
Shirley Álvarez, coordinadora regional del Ontot, dice que la campaña que se realiza en Guayaquil hasta ahora tiene resultados muy favorables pero espera que las cifras superen todas las expectativas.
Alrededor de 12 100 donantes ya se han inscrito en el país desde el 4 de agosto pasado cuando arrancó la campaña. Pero aún no son suficientes, puesto que la demanda de los pacientes supera esta cantidad. Solo de personas con problemas renales hay una lista de espera de 8 000 pacientes que maneja el Ontot, a través del Ministerio de Salud Pública. A esto se suman los miles que esperan trasplantes de córneas, hepáticos, cardíacos, médula ósea, entre otros. Además, sin contar con los afectados que no están dentro de este programa, en cuyo caso no hay registros.
La campaña para donaciones se hace a través de su página web y en los registros civiles al momento de sacar la cédula o actualizar información, una persona puede aceptar ser donante (ver nota adjunta).
La campaña de sensibilización para conseguir donantes a nivel nacional comenzó el 4 de agosto pasado.
La cédula identificará a los donantes
A través de la nueva cédula de identidad, los ciudadanos pueden aceptar las condiciones para ser donadores de órganos. Dentro del chip que contiene los datos de la persona cedulada está el compromiso de que una vez que esta fallezca, sus órganos, tejidos y músculos pueden ser utilizados para otra vida.
El tema no fue muy familiar para Diego Cabrera, pues al llegar a la agencia norte del Registro Civil de Quito se enteró de que él podría ayudar a otra persona después de una posible muerte.
En una de las cajas habilitadas para el pago de la identificación le dieron información sobre la donación de órganos. El procedimiento para realizar un trasplante y algunos consejos formaban parte del papel que Cabrera leyó mientras esperaba su turno en la amplia sala del lugar.
“Dar vida está en tus manos. Dona tus órganos y tejidos” era la frase que rezaba en el encabezado del afiche. Por si no se convencía con esa información, estudiantes voluntarios de la Universidad Tecnológica Equinoccial le proporcionaron detalles adicionales en un pabellón.
Muchos de ellos se acercaban a las personas con el propósito de realizar un abordaje y convencerlos de que un solo donante de órganos y tejidos puede beneficiar a más de 20 personas.
Cabrera, de 28 años, se convenció del aporte que realizaría al aceptar en su documento ese procedimiento. Ya una vez en el módulo 28 de ese centro de cedulación y dentro de la entrevista en la que proporcionaría los datos, una trabajadora le preguntó si le gustaría donar.
El joven, nacionalizado ecuatoriano, aceptó y llenó su información personal en un documento al que finalmente le añadió su firma, pues es una especie de convenio de común acuerdo. Con una sonrisa entregó el papel y se procedió a ingresar ese detalle dentro de su chip.
Finalmente le entregaron la cédula después de 20 minutos. Para él, la donación es un factor importante de colaboración de un ciudadano que puede ayudar a los demás. “Es un buen mecanismo para que la gente logre colaborar, si yo muero por qué no ayudar a alguien más”.