El evento, que reúne a representantes de 75 de los casi 90 países que integran la organización, se celebra por primera vez en Brasil, que propondrá de nuevo crear un santuario para los grandes cetáceos en el Atlántico Sur. Foto: Archivo EL COMERCIO
Brasil y Japón chocaron este lunes 10 de septiembre de 2018 en la apertura de la sexagésima séptima reunión plenaria de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) con propuestas opuestas sobre la política a seguir en relación a la caza de grandes cetáceos.
La actitud conservacionista liderada por países como Brasil y las tentativas de flexibilizar la actual moratoria a la caza de ballenas, que defiende Japón, entre otros países, marcaron el inicio de la reunión de la CBI, que se prolongará hasta este viernes en la ciudad de Florianópolis, en el estado de Santa Catarina (sur).
El evento, que reúne a representantes de 75 de los casi 90 países que integran la organización, se celebra por primera vez en Brasil, que propondrá de nuevo crear un santuario para los grandes cetáceos en el Atlántico Sur.
Por su parte, Japón busca aprobar una serie de cambios de procedimientos en su tentativa para flexibilizar la actual moratoria a la caza comercial de ballenas, en vigor desde 1986.
Desde ese año solo son permitidas la caza de ballenas para fines científicos y aquella practicada por los pueblos aborígenes con fines de subsistencia y solo en determinadas regiones.
Aimee Leslie, directora del programa marino de WWF en Perú y coordinadora global para la conservación de cetáceos y tortugas marinas de la organización, afirmó a EFE que es “muy poco probable” que prospere la iniciativa nipona por falta de apoyo, “lo cual es una buena noticia para la conservación“.
“El peligro siempre está en qué pasaría si Japón deja la CBI. Este siempre ha sido un tema latente, pero pensamos que es poco probable que Japón decida darle la espalda” a la entidad, subrayó.
Leslie recordó que se está presentando un informe de un grupo de expertos del organismo que indica que Japón no ha tenido en cuenta el 75 % de las recomendaciones realizadas para llevar a cabo la caza con fines supuestamente científicos.
“Esto es preocupante porque si hoy la caza que se realiza con fines científicos no cumple con los requerimientos que la CBI establece, el peligro de reabrir la caza comercial es una locura”, alertó Leslie.
A las afueras del hotel Costao do Santinho Resort, donde se realiza la reunión, un grupo de activistas medioambientales se manifestaron a favor de crear el santuario marino y condenaron la postura de países como Japón, Islandia o Noruega.
Estados Unidos ha presentado una propuesta para establecer cuotas de caza de ballenas con carácter aborigen que se renueven automáticamente, un asunto que actualmente se debate cada seis años en la comisión.
Apoyada por Sudáfrica, Argentina, Gabón y Uruguay y varias ONG, la propuesta brasileña de crear un santuario de ballenas de 20 millones de metros cuadrados en el Atlántico Sur ya ha sido rechazada en anteriores reuniones por la mayoría de los integrantes del organismo.
Para aprobar ese proyecto es necesario el apoyo de tres cuartas partes de los países que integran la Comisión Ballenera Internacional. La región del Atlántico Sur alberga más de 50 especies de ballenas, seis de las cuales son “altamente migratorias”.
“Es hora de que actuemos en la CBI de forma convergente para que este foro también pueda presentar una visión conjunta al respecto de la conservación y el manejo del medioambiente marino”, afirmó el ministro de medioambiente de Brasil, Edson Duarte, durante la apertura de la sesión.
También está en la agenda una propuesta para la protección de los grandes cetáceos en relación a las redes y objetos de pesca perdidos o descartados en el mar.
Asimismo, Brasil propondrá adoptar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible e impulsará una Declaración de Florianópolis, para que los recursos de la comisión se destinen únicamente para la conservación y no más para la caza con fines científicos o de comunidades aborígenes.
Creada en 1946, la Comisión Ballenera Internacional se reúne cada dos años para adoptar medidas de protección de estos animales tanto a nivel regional y global.