Un estudio sobre el género de la bomba resultó en el rediseño del instrumento homónimo. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO
La bomba se encuentra en peligro de extinción. La desaparición progresiva de los músicos y de los fabricantes de este instrumento típico del valle del Chota (Imbabura) deja un saldo negativo en la tradición sonora de esta zona del país.
En la conferencia La bomba del Chota: música y danza, dictada hace poco en la Casa de la Música, el músico e investigador Estéfano Lovato, quien actualmente realiza sus estudios en Brasil, presentó un estudio sobre el pasado y el presente de la bomba. La finalidad es tan obvia como compleja: ¿hacia dónde se dirige la bomba? Una pregunta que se plantea con una carga musical, social, histórica e, incluso, política y económica.
Para entender el planteamiento de Lovato hay que partir desde el hecho meramente histórico. A finales del siglo XVII llegaron los primeros africanos a la zona del Chota, traídos como esclavos para trabajar en las haciendas jesuitas. En este momento se da el primer choque cultural al interior de esta comunidad. Su pasado se vuelve presente y se plasma, entre otros ámbitos, en la música.
Con las plantas locales como la balsa lograron construir instrumentos similares a los que utilizaban en África. Así revivieron su historia musical. El cántico y la percusión, en el caso de la bomba, se convierten en elementos esenciales para narrar oral y artísticamente la realidad en la que están insertos. De hecho, varios de los cánticos transmitidos hasta la actualidad son reminiscencias de la vida en las haciendas, de la explotación en los campos o de las dinámicas sociales.
Ahora bien, la desaparición de fabricantes y de músicos de bomba no solo perjudica este género musical y instrumento. Con esta pérdida también está en juego el pasado del pueblo afroimabureño, que ha plasmado la memoria de sus antepasados a través del sonido.
Segundo Cristóbal Barahona es uno de los últimos fabricantes de bombas. Foto: José Mafla/ EL COMERCIO
En una forma de mantener vivas estas tradiciones sonoras, Lovato presentó en la Casa de la Música una nueva versión de la bomba. Una especie de bomba 2.0, cuyo diseño mantiene lo propuesto por la comunidad afro, pero que en la manufactura incluye nuevos elementos (maderas tratadas, cuero de vaca, metal…).
Esta pieza fue elaborada en Quito por Félix Albán y es la concreción entre las técnicas modernas y tradicionales en la fabricación de instrumentos. Al igual que lo que sucedió con el cajón peruano, el cual logró su internacionalización gracias a sus nuevos diseños e inclusión en géneros como el flamenco, por parte de Paco de Lucía, la intención ahora es que la bomba encuentre nuevos caminos para su uso y difusión.
Según Lovato, ya se está elaborando una segunda bomba en los talleres de Albán. Él espera que en los próximos modelos se puedan insertar tensores, para así regular las cuerdas que unen a los parches (superficie de cuero que toca el músico para producir el sonido). Este es uno de los elementos que ayudará a que el instrumento adquiera un carácter comercial.
Sin embargo, queda una cosa por resolver: la oralidad de la bomba. El desarrollo del instrumento debe ser el detonante del rescate de esta música afroimbabureña.
En contexto
En la conferencia La bomba del Chota: música y danza, el investigador y músico Estéfano Lovato expuso la panorámica de este género e instrumento en la actualidad. Como parte de su exposición presentó una nueva versión de la bomba, realizada por Félix Albán.
Los instrumentos
Parches
Tradicionalmente son de cuero de chivo. Los de Albán están realizados con cuero de vaca.
Piola
El trenzado del Chota es firme. El hecho en Quito, en cambio, puede ser reajustado según lo que desee el músico.
Vaso
En Imbabura se construye con madera de chaguarquero o balsa. En la nueva versión se usan maderas tratadas.
Aros
La bomba del Chota utiliza cabestros para sujetar los parches. El diseño quiteño usa cuerdas de metal para este fin.
Oído
Históricamente ha tenido una forma cuadrada. Pero ahora se la
ha diseñado como un orificio circular.