‘Blade Runner 2049’ llega a los cines del país este 6 de octubre del 2017. Foto: EFE / Warner Bros
En 1982, el director Ridley Scott se tomó la libertad de proyectar el futuro del planeta y sus habitantes en ‘Blade Runner’. Película de ciencia ficción ambientada en el 2019, donde la civilización está al borde del colapso, mientras una línea de androides se ha rebelado contra sus creadores, quienes también son sus esclavizadores.
A dos años de que se cumpla el tiempo de aquella distópica profecía cinematográfica, el director Denis Villenueve toma la posta a Scott, en la dirección de ‘Blade Runner 2049’.
Secuela que le concede una prórroga de 30 años más a la materialización de ese decadente mundo, pero que vuelve sobre las inquietudes morales y filosóficas del pasado.
Bajo la mirada de Scott como productor de la cinta, Villenueve se atreve a desafiar la calidad de película de culto y cruzar la frontera de ‘Blade Runner’, para ampliar la mitología de este oscuro pero atractivo universo futurista, inspirado en el libro ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’, de Philip K. Dick.
Historia y horizonte que encuentran una sucesión natural gracias al regreso de Hampton Fancher, el hombre que firmó el guión de la primera cinta.
Libreto que va de la mano de un magnífico tratamiento artístico y fotográfico de los entornos y personajes.
Los ambientes opacos y enrarecidos de una ciudad degradada y los dorados crepusculares de las áridas periferias son formas de una paradoja, un lugar que resulta familiar y al mismo tiempo extraño, espacios que son tan bellos como inquietantes.
En ese contexto, Ryan Gosling llega al año 2049 convertido en un replicante de última generación. Un androide llamado K, que ha sido diseñado y programado como un blade runner, para buscar y ‘retirar’ a otros androides obsoletos.
El descubrimiento de un secreto lo pondrá tras la pista de Rick Deckard (Harrison Ford), un blade runner desaparecido hace 30 años.
Una búsqueda que despertará en el protagonista una serie de inquietudes sobre la esencia del ser, la libertad, los sueños, la soledad y las fronteras que separan a los humanos de las máquinas. Una línea -cada vez más difusa- que hace la diferencia entre la paz y la guerra, sin la cual la insensibilidad del hombre y la humanidad de las máquinas sería solo una cuestión de perspectiva.
‘Blade Runner 2049’ se cuestiona el presente desde diversos futuros y pasados, intentando replantear la hipótesis de que los androides no solo que son capaces de soñar con ovejas eléctricas, sino mucho más que eso.