Las playas de Santa Elena acogerán a los turistas desde el próximo 25 de agosto. Foto: El Comercio
El uso correcto de la mascarilla, mantener el distanciamiento y evitar aglomeraciones son algunas de las medidas básicas de bioseguridad que los especialistas temen que no se cumplan en las playas. La presencia de adultos mayores y niños sin supervisión en los balnearios también preocupa.
Aunque el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional autorizó la reapertura de 40 playas, solo cinco balnearios de Atacames y Bajo Alto empezaron esta semana a recibir oficialmente a los visitantes. La idea es que continúen abriéndose paulatinamente, por lo que es necesario que las personas tengan en cuenta las prácticas que ayudarán a evitar los contagios.
Alberto Narváez, profesor de Ciencias Médicas de la Universidad Central del Ecuador y expresidente de la Federación Médica Ecuatoriana, recomienda postergar los viajes a la playa por lo menos por unos dos meses más hasta que los contagios disminuyan. En el caso de los adultos mayores, el especialista considera que la exposición es un “riesgo innecesario”.
Pero, para quienes ya han decidido viajar, las medidas de precaución deben ponerse en práctica desde que se inicia el trayecto. Lo más recomendable es ir en un vehículo particular y con las ventanillas bajas para que circule el aire.
Narváez aconseja no detenerse en el camino para consumir alimentos en restaurantes o tiendas, y peor aún para utilizar un baño público.
Los servicios higiénicos que se encuentran en gasolineras, por ejemplo, son lugares de alta transmisión. Al soltar la cadena, los aerosoles de las heces fecales se acumulan en el aire y hay mayor riesgo de contagio. Estos baños son utilizados por muchas personas y la higiene en estos sitios es difícil.
Al llegar al destino, también es importante tomar precauciones. Los hoteles autorizados para abrir sus puertas deben cumplir algunos protocolos de limpieza y bioseguridad. A pesar de esto, Narváez recomienda desinfectar constantemente las habitaciones.
Se puede llevar cloro y mezclar una porción de la sustancia con cinco de agua. Esta mezcla es adecuada para limpiar a diario las superficies, especialmente los manubrios. También se aconseja llevar toallas y fijarse en los protocolos relacionados al lavado de las sábanas.
Narváez, quien cuenta con un PhD en Control de Enfermedades, sugiere evitar lugares cerrados como comedores, pues son de alto riesgo, aunque se mantenga el distanciamiento y se use la mascarilla.
El incumplimiento de estas normas es lo que más le preocupa a Daniel Simancas, médico epidemiólogo director de Investigación de la Universidad UTE, quien está en desacuerdo con la apertura de las playas por el riesgo que esto implica. Ambos especialistas recuerdan a las personas que, si entran al mar con mascarillas, se humedecerán y perderán su efectividad.
También piden evitar las aglomeraciones y lavarse las manos constantemente con abundante agua y jabón.