En el mundo hay siete especies de tortugas marinas. Todas están en peligro de extinción debido a la pesca dirigida, la destrucción de su hábitat y la contaminación de los mares.
Estos datos los da la Fundación Equilibrio Azul, una organización ambiental que desde el 2008 coordina junto con el Ministerio del Ambiente proyectos de investigación y conservación de las tortugas marinas de la Costa del país.
La importancia de la conservación de estas especies se basa en que no solamente funcionan como un indicador de la salud de los océanos, sino también porque son una de las pocas criaturas que requieren del mar y la tierra para sobrevivir.
A pesar de ser animales marinos, las tortugas suben a las playas a colocar sus huevos, que al eclosionar se convierten en diminutas tortugas que cuando alcancen su madurez -que puede tardar 40 años- regresarán a la playa en la que nacieron para repetir el proceso.
Para que este ciclo natural siga en playas ecuatorianas, la fundación Equilibrio Azul trabaja en un programa de seguimiento en Esmeraldas y en el Parque Nacional Machalilla.
Andrés Baquero, miembro de la fundación, explica que en el norte del país la playa de Portete está considerada una de la más importantes para la anidación de las tortugas golfinas. Sin embargo -agrega- que los nidos requieren ser protegidos de la depredación por parte de animales domésticos. “Para esto la participación de la comunidad ha sido vital, ya que se busca que esta playa permanezca como un atractivo turístico natural de arena limpia y tortugas marinas”.
En Machalilla, las tortugas carey llegan a las playas protegidas a depositar sus huevos. Esta especie, considerada una de las más amenazadas del planeta, encuentra en Manabí las únicas playas registradas en todo el pacífico sudamericano en donde pueden anidar. Otra de las especies que se alimentan y se reproducen en esa área es la tortuga verde.
Con base en estudios que ha realizado esta organización, se conoce que las tortugas son una especie migratoria. La tecnología satelital que se ha implantado en varios animales muestra que en el caso de la especie carey, luego de anidar en Machalilla, se dirige al archipiélago de Jambelí (El Oro) para alimentarse. Es decir, toda la Costa del Ecuador es su hábitat durante el recorrido que realiza. Por esta razón, a finales del 2014 está previsto que varios biólogos se dirijan a los manglares del sur del país para buscar más información sobre estos reptiles en peligro crítico de extinción.
Algunos de los datos que se han obtenido, confirman que la Costa del Ecuador es una región vital para las tortugas marinas. Por ello, indica Baquero, las medidas de protección de playas que se han implementado en Machalilla deben expandirse a otras zonas del país, para garantizar la recuperación de esas poblaciones.
“La protección en el mar también debe incrementarse con programas de educación, controles de velocidad para embarcaciones y el fortalecimiento de las áreas protegidas ya existentes”, dice Baquero.
En contexto
La legislación ecuatoriana prohíbe la captura y comercialización de tortugas marinas. Las playas más importantes de anidación en el país están en Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santa Elena y El Oro. En Ecuador se realizan varios programas de conservación.