El lubricante, ese aliado discreto pero poderoso, puede marcar la diferencia entre una experiencia sexual placentera y una incómoda.
Aunque muchas personas lo asocian con problemas específicos, lo cierto es que su uso puede beneficiar a cualquier pareja, en cualquier momento.
Te contamos el uso poco explorado del lubricante en las relaciones sexuales.
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Antes de responderte esa pregunta, debes saber cuándo se sugiere incluirlo en las relaciones de pareja. Esta es la guía.
Cuando la sequedad entra en escena
La sequedad vaginal o anal puede aparecer por múltiples razones: cambios hormonales, estrés, medicamentos o simplemente el momento del ciclo menstrual.
En estos casos, ese recurso es clave para evitar molestias como ardor o dolor durante la penetración. Según un estudio de Indiana University, las mujeres que usaron lubricantes reportaron menos dolor y mayor satisfacción sexual en comparación con quienes no lo hicieron.
Para hacer más segura la experiencia
El uso de ese recurso no solo aumenta el placer, sino que también reduce el riesgo de lesiones por fricción. “Es una opción para que la relación fluya”, dice Cristina, de 35 años.
Esto es especialmente importante durante el sexo anal, ya que esta zona no produce lubricación natural. Además, al combinarlo con preservativos, disminuye la probabilidad de que estos se rompan.
En casos de sensibilidad
Con la edad, tanto hombres como mujeres pueden experimentar cambios en su respuesta sexual. Los hombres mayores, por ejemplo, pueden necesitar más estimulación para alcanzar la excitación debido a una menor sensibilidad genital. El lubricante intensifica las caricias.
Este es el uso poco explorado del lubricante en las relaciones sexuales
El lubricante no es solo una solución práctica; también puede ser un elemento lúdico en la intimidad, según Miguel, que de vez en cuando lo utiliza con su pareja.
Este ingeniero cuenta que existen opciones con efectos térmicos (calor o frío) y sabores que añaden un toque divertido a la experiencia.
¿Qué dice la ciencia? Un estudio encontró que tanto hombres como mujeres calificaron las relaciones sexuales con lubricante como más placenteras y de mayor duración.