En la exposición hay piezas de distintas culturas. Fotos: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO
Es una de las piezas más pequeñas, sin embargo, el trabajo invertido en su manufactura y su riqueza simbólica la convierten en una de las más atractivas de la exposición ‘De vuelta a casa’. Esta muestra se exhibe en el primer piso del Centro de Investigación de la Memoria y el Patrimonio Cultural, ubicado en las calles Jerónimo Carrión y pasaje León, en el norte de Quito.
En los estudios realizados por Andrea Yánez, catalogadora de bienes arqueológicos del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), se determinaron tres tipos de representaciones: la de los ojos de un búho reflejado en un espiral central, la de un reptil -si se hace una división a partir de una línea imaginaria de cada uno de los ojos del búho- y la de un anfibio en la parte central.
“Lo más seguro es que el portador de este dije haya sido un personaje de jerarquía o alguien que tenía alguna función ritual”, comenta la experta del INPC.
El colgante, que pertenece a la cultura Jama-Coaque, es uno de los 1 400 objetos arqueológicos atribuidos a diversas culturas, principalmente de la Costa, que fueron recuperados a través de un proceso jurídico que duró nueve años y que incluyó la repatriación de 170 bienes desde Miami, Estados Unidos.
Luis Guerrero, director de Gestión de Riesgos del INPC, explica que la exposición es el resultado del trabajo coordinado del Comité Técnico de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, que funciona desde el 2010.
Este Comité se encuentra integrado por el Ministerio de Cultura y Patrimonio, por el Ministerio del Interior, Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, la Fiscalía General del Estado y la Procuraduría General del Estado. En los últimos nueve años ha logrado la recuperación en el territorio nacional y a través de la repatriación en el exterior de cerca de 15 000 bienes culturales patrimoniales.
Según datos del INPC, el mayor número de piezas recuperadas proviene de Italia. Desde este país han llegado 3 768 bienes. Esta cifra que representaba el 74% de todos los bienes repatriados al Ecuador hasta el 2016.
Guerrero cuenta que muchos de estos bienes han regresado gracias a los convenios bilaterales que el país ha firmado con otras naciones. “Por ejemplo, gracias al convenio que tenemos con Estados Unidos, se lograron repatriar las piezas del caso Avilés Marcillo, que ahora están en esta muestra”, señala.
Una de las vitrinas de esta exposición está destinada a la exhibición de piezas de oro. Entre estas se encuentran narigueras de diferentes formas: tabulares, planas, alargadas. También está un pectoral con una decoración en repujado de la representación de un felino. A estas se añaden punzones y espátulas.
Estos objetos pertenecen a las culturas Jama-Coaque, Bahía, Guangala, La Tolita, entre otras.
La última repatriación de bienes patrimoniales sucedió el pasado 14 de octubre del 2019, cuando el país recuperó 530 piezas, entre ellas cuencos, narigueras y estatuillas antropomorfas. El origen de estos bienes corresponde a las culturas Manteña, Milagro-Quevedo, Bahía, Chorrera y Valdivia.
Estos bienes fueron recuperados gracias a Josef Rettinger, un ciudadano alemán que luego de heredarlas se contactó con la Embajada de Ecuador en Alemania, para saber qué tenía que hacer con ellas. Las piezas las heredó de un tío que vivió en el país hasta el 2005. Según un reporte de la agencia EFE, “los bienes llegaron vía aérea a Ecuador en dos cajas altamente protegidas, en un proceso que le costó al Ministerio de Cultura y Patrimonio USD 5 000”.