Bernardo Sambra: ‘En 40 años se ha perdido el 40% de la vida marina del planeta’

El lente del peruano Bernardo Sambra se ha sumergido en lo íntimo y profundo del mundo marino. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO

Un langostino emperador sobre un pepino de mar. Un blenio diminuto, un pececillo de apenas 5 centímetros, con una clara expresión humana. Una medusa usada por un pez como su único escondite.
El lente del peruano Bernardo Sambra se ha sumergido en lo íntimo y profundo del mundo marino. En cada foto, llena de colores vibrantes, muestra criaturas extraordinarias, muchas de ellas desconocidas para quienes estamos acostumbrados a buenas dosis de oxígeno y a pisar firme sobre la tierra.
En 2004, Sambra y su esposa Valerie Crousse fundaron The Living Oceans, una iniciativa sin fines de lucro que busca revelar, educar y generar conciencia acerca de la belleza y la fragilidad del mundo submarino, solo usando imágenes fotográficas.
“Luego de innumerables horas bajo el agua, con una cámara en mano, he sido testigo de un fragmento de todo ese dramático proceso por el que los océanos están pasando. Papúa Nueva Guinea, Galápagos, Indonesia, Perú, la Polinesia Francesa, Hawaii y en cualquier paraíso submarino en que me he podido sumergir se repite la misma historia: el ayer fue mejor, más abundante y más hermoso”.
En su lucha por cambiar ese destino, Sambra ha reclutado a más de 30 experimentados fotógrafos submarinistas -varios de ellos colaboran con la National Geographic-, quienes aportaron a la creación de ‘Frágil, océanos expo’. La muestra se presentó por primera vez en Lima (Perú), en 2014, y dio como resultado un libro de gran formato.
Desde la semana pasada la exposición fue traída a Guayaquil por gestión del Ministerio del Ambiente y el Consejo de Gobierno de Galápagos. Y estará abierta en el MAAC hasta el 29 de junio para sumergir a sus visitantes en los frágiles ecosistemas marinos del mundo.
¿Qué espera ‘Frágil’ de la gente?
Queremos sumergir a la gente, sin que tenga que bucear, para que tenga un contacto directo con los océanos. Toda la primera parte de la muestra es idílica, llena de color. Y el final, en el cuarto negro -con imágenes sangrientas de la cacería de tiburones, delfines y mantarrayas-, se busca ese contraste, para que se den cuenta de la dura relación que tiene el hombre con los océanos.
¿Desde cuándo comenzó su experiencia con los océanos?
A los 10 años empecé a bucear. Al principio tenía mucho temor a los tiburones, por la película Tiburón. Y me convertí en un cazador submarino; hasta usaba arpones. Después me di cuenta que esa no era la relación que yo quería y la cambié. Me regalaron una cámara de fotos hace 25 años y empecé.
De la cantidad de fotos, en que ha captado la esencia de animales tan diminutos que habitan las profundidades del mar, muchos de ellos desconocidos y que saltan a la realidad en sus imágenes, ¿cuáles han sido las más especiales?
Los momentos más especiales han sido, por ejemplo, poder bucear rodeado de 40 tiburones ballena, de 14 metros, al mismo tiempo. O estar en medio de una escuela de mantas. Cuando ocurren esos raros momentos, los animales te hacen sentir parte. Nadas y fluyes con ello, como si fueras uno más, y te acogen. Es algo increíble. En algunos lados un pequeño arrecife te regala un increíble paisaje y en otro lado te maravillan las mantas.
De su experiencia como buzo y fotógrafo submarinista, usted mencionó que el océano ya no es igual al de tiempo atrás, ¿por qué, qué contrastes nota?
Lo que siempre digo es que, no importa a qué parte del mundo vaya, con quien converse sobre los océanos, todos siempre empiezan con la frase: es que hace 40 años había la cantidad, los pescados que comíamos, el tamaño… Todo el mundo empieza con que antes era mejor. Y es que en 40 años se ha ido el 40% de la vida marina del planeta. Nos lo hemos comido y matado todo. Ese ritmo no lo aguanta ningún planeta, y no estamos haciendo nada.
¿Qué queda hacer de nuestra parte para reducir esos impactos?
Como siempre digo, solo se puede proteger lo que se conoce. Algo harán estas fotos, algo hará que la gente bucee y otros esfuerzos más. No hay que esperar que los gobiernos hagan algo, cada uno puede hacer algo: puedes denunciar, hacer una encuesta, tomar una foto. Nosotros, con esta exposición, nos enfocamos en que la gente conozca.
¿Cómo logró reunir a más de 14 experimentados y reconocidos fotógrafos submarinistas para esta muestra?
Hace 11 años que les contamos la idea y ellos rápidamente dijeron: si mi trabajo va a servir para algo, tiene ese fin, toma. Y hemos juntado 14, 20, 25, 30 de los mejores fotógrafos del mundo, que permanentemente nos apoyan con su trabajo. Acá -en la exposición- hay 14.
Ahora tienen un proyecto para Ecuador, ¿en qué consistiría?
Queremos poner en valor toda la costa ecuatoriana, las 18 áreas protegidas, porque tienen la suerte de tener un ecosistema impresionante pero poco conocido, más allá de las Galápagos. Empezaremos a preparar una muestra similar.