Un banco con un saldo creativo. Ese es el proyecto que, en conjunto con la Casa de la Cultura, emprendió hace un par de meses el guionista y catedrático Gerardo Fernández. Con la idea de divulgar el trabajo creativo de los escritores ecuatorianos se creó una página web que funciona como un repositorio de guiones.
Con más de cinco décadas de experiencia, hace dos años emprendió el proyecto de un taller permanente de guión en la Cinemateca de la Casa de la Cultura. El programa de estudios se convirtió en un pretexto para hablar de dramaturgia y fortalecer la que considera la parte más débil de la producción cinematográfica en general: el guión.
De su experiencia como instructor y asesor explica que hay una tendencia, sobre todo en los escritores principiantes, a construir una historia desde una narrativa estética, antes que desde una redacción útil y práctica para la producción.
“Pero los cineastas ahora tienen más conciencia sobre la importancia del guión”, dice el especialista sobre la revalorización que empieza a tener la redacción de historias para cine, sobre todo en el ámbito local.
Fernández asegura que en el país hay talento creativo y se producen buenas historias, que por varias circunstancias no se han podido desarrollar en una obra audiovisual. Entonces el Banco de Guiones se convierte en una vitrina, a través de la cual un director o un productor nacional o extranjero podrían ponerse en contacto con el autor de una obra para desarrollar un producto audiovisual.
Fernando Cedeño es uno de los directores ecuatorianos que sabe que a veces una película puede morir en el guión.
Aunque está seguro de que en el país aún quedan muchas historias por contar, el realizador manabita explica que no todos los escritores tienen la oportunidad de difundir sus ideas. Para Cedeño, el Banco de Guiones es una oportunidad para enriquecer el lenguaje cinematográfico a través de la visibilización de trabajos que amplíen la oferta en cuanto a géneros, temáticas y personajes.
Ahora trabaja en la reescritura de su último guión, ‘Tierra de fuego’, junto a Fernández. De la docena de correcciones que hizo a su primer borrador, la última versión de ‘Tierra de fuego’ solo tuvo tres observaciones.
Cedeño admite que la visión técnica y académica ha mejorado la calidad de su proyecto. El realizador mira en el resultado de este primer proceso un incentivo para replantear la metodología de su trabajo. Ahora, si algo tiene claro es que “no se puede sacrificar un buen guión con una mala producción”. Por eso, ahora está dedicado a conformar un equipo que aporte con experiencia en la realización de esta película.
El primer taller culminó con el desarrollo de un guión por cada alumno. A finales de noviembre, cerca de 30 escritores terminarán un segundo ciclo de talleres. La propuesta de Fernández es que esos trabajos sean las primeras obras que alimenten el Banco de Guiones.
El registro es gratuito a través de una solicitud por correo electrónico (bancodeguiones@casadelacultura.gob.ec). En la página se divulgarán la sinopsis y los contactos de cada autor y las obras deberán tener un registro que certifique los derechos de autor.
Para el director Tito Jara “el guión es la base de una buena cinematografía”. A sabiendas del trabajo y la experiencia de Fernández, hace dos meses se le acercó con la idea de solicitar su asesoría. Pero el proyecto generó tal empatía que el dramaturgo cubano se convirtió en el coguionista del nuevo proyecto de Jara, que por ahora lleva el título de ‘Epicentro’.
Según el director, esta experiencia de escritura a cuatro manos permitió ordenar de mejor forma los elementos de la idea original para crear una sólida estructura dramática.
Jara dice que la importancia del Banco de Guiones radica en crear un espacio que se dedique a la difusión de obras, puesto que estos pueden atraer la atención de directores o productores interesados en convertir la idea en un audiovisual.
Fernández no solo coincide con los dos realizadores sino que propone revalorizar el trabajo de guionización como un área autónoma dentro de la producción fílmica local.