Balseca explora el mundo de los jardines y la extracción petrolera

Adrián Balseca junto a la instalación con plantas y tarros de derivados de petróleo. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Desde la semana pasada, en la galería N24 (Isabel la Católica y Galavis), está abierta la exposición ‘Plantasia Oil Co.’, en la que el artista ecuatoriano Adrián Balseca exhibe una instalación que comenzó a trabajar durante los primeros meses de confinamiento.
Durante ese tiempo, Balseca vivió en una casa ubicada en La Floresta, en cuyo jardín interior coincidía con un par de personas de la tercera edad, que habían trabajado durante 30 años en la petrolera Texaco y que utilizaban tarros vacíos con el logo de la empresa como maceteros para sus plantas.
A partir de esta experiencia comenzó a trabajar en el diseño de un ‘jardín’ artificial, que en su puesta en escena final abre nuevamente el debate sobre el impacto que han tenido los procesos de extracción petrolera en la naturaleza ecuatoriana y cómo esas reflexiones pueden pasar del campo de lo indómito a lo doméstico.
La instalación está compuesta por 16 especies de plantas que fueron traídas desde Lago Agrio, entre ellas cacao, coca, guayusa, caoba y fruta de pan. El artista cuenta que la selección de las plantas responde al interés que tiene por entender los procesos de extracción de bienes naturales que se han realizado en el país.
Estas plantas fueron colocadas dentro de tarros de metal, que en el pasado fueron utilizados para la venta de derivados del petróleo, como aceite automotriz, y que aparecieron desde inicios de los años sesenta hasta inicios de los años noventa, del siglo pasado.
La muestra está acompañada de una selección de fotografías de la Clínica Ambiental, realizadas entre 1987 y 1992, escogidas para la muestra por el Archivo Visual Amazónico.
Este registro aporta un marco contextual sobre la catástrofe socioambiental, que se vive en territorios amazónicos del país desde finales de la década de los sesenta, como consecuencia de la extracción de petróleo por parte de empresas transnacionales.
Asimismo, hay un espacio en el que se exhibe una serie de libros, entre ellos varias primeras ediciones de ‘El festín del petróleo’, de Jaime Galarza, que son parte de su biblioteca personal, y otros que son parte de la biblioteca de Germánico Salgado. “Decidí incluir estos libros en la exposición porque quería ahondar en el contexto petrolero del país y, al mismo tiempo, lanzar un guiño sobre mi gusto por el diseño”.
Finalmente, este jardín urbano creado con plantas de la Amazonía también puede servir como un provocación para pensar en la relación actual que tienen las personas con la naturaleza que está su entorno más próximo, pero sobre todo con los jardines, algo que se ha hecho más evidente desde el inicio de la pandemia.
La obra, que se exhibirá en N24 hasta el próximo 11 de febrero, también estará en la nueva edición de la Bienal de São Paulo, que se celebra este año.
Balseca explica que para el nuevo jardín urbano utilizará plantas endémicas de la Amazonía brasileña. “Para la Bienal -añade- esta especie de oasis natural estará colocado dentro de una de esas plataformas en las que se cambia el aceite de los carros”.