Pedro García, coordinador de Educación Intercultural Bilingüe Awá, de la zona 1, explica cómo funciona el calendario. Foto: Cortesía Pedro García
La imagen de personas corriendo alrededor del cementerio de la comunidad San Marcos, en Carchi, se conserva en la memoria de Segundo Taicuz.
Cuando era niño, sus padres le contaban que con este ritual, el pueblo Awá invocaba al espíritu de una persona fallecida.
Esta práctica, acompañada de los sonidos de la marimba, bombo, flauta y pingullo era una verdadera fiesta.
“Este ritual se realiza en el marco del primer aniversario de la partida de un ser querido”. A la cabeza del grupo, las mujeres danzaban en círculos. Mientras que los hombres siguen sus pasos.
Según la creencia de los indígenas Awá, con esta ceremonia el espíritu del difunto retorna desde el sitio en donde fue sepultado hasta el lugar en donde vivía.
Esta es una de las tradiciones que sobreviven en las 22 comunidades de esta nacionalidad, cuyo territorio se extiende entre las provincias de Carchi, Esmeraldas e Imbabura.
En esa zona habitan 5 700 awás, según el último censo. Mientras que en el sur de Colombia viven 30 000.
La mayoría de leyendas y tradiciones, como el baile alrededor del panteón, sobreviven gracias a la tradición oral. Así explica Alfonso Pai, presidente de la Federación Awá del Ecuador.
Comenta que la cocina es el centro de reunión de las familias. En la noche, los pequeños se reúnen en torno al fogón para escuchar las historias que cuentan los padres y abuelos.
Rememora que su padre le contaba sobre lo generosa que es la madre naturaleza. También sobre los cuidados que hay que brindarle y los espíritus, como el mal aire, que habitan en la selva.
De acuerdo con la cosmovisión Awá, existen cuatro mundos que tienen relación entre sí. Consideran que en el primero habitan seres pequeños parecidos a los duendes.
En el segundo están los seres humanos que están vivos. En el tercero, los espíritus de las personas muertas. En el cuarto está Sammika (Dios, en español) que controla a los tres mundos que están por debajo.
Estos y otros aspectos resaltan en el calendario vivencial educativo y comunitario de la nacionalidad Awá.
Según Pedro García, coordinador de Educación Bilingüe Awá, el documento incluye las prácticas espirituales, la economía, la vivencia sociocultural, las señales de la naturaleza y el sistema educativo.
Además estas actividades buscan la preservación del idioma awa’pit, medicina ancestral, gastronomía, mitos y creencias sobre la naturaleza.
Según la investigación, cada una de estas gira en torno a los 12 meses del año. En cada mes hay actividades específicas. En marzo, durante el Domingo de Pascua, por ejemplo, los nativos recuerdan el Día de los Difuntos.
Como dicta la tradición, cinco días antes limpian los camposantos. Luego depositan chicha elaborada con maíz, yuca, plátano… sobre hojas de bijao, para ofrecer a sus seres queridos que partieron antes.
“Estas costumbres se conservan casi intactas en las comunidades más alejadas de los centros poblados”. Así explica Samia Maldonado, presidenta de la Asociación de Productores Audiovisuales Kichwas (Apak, de Otavalo).
Esta organización ha documentado, en los últimos años, los saberes ancestrales de 14 pueblos y nacionalidades indígenas de Carchi, Esmeraldas, Imbabura y Sucumbíos.
En el caso de los Awá, los reportajes abordaron temas relacionados con la cacería, música, danza y su concepción del mundo y universo.