Frida Kahlo como un icono de la moda. Fotos tomadas en las instalaciones de Galeria Ecuador. Modelo: Mauricio Erazo como Shirley Stonyrock. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.
La Frida como referente de la moda es una de las facetas de la artista más exploradas recientemente. En abril de este año, la periodista española Susana Martínez Vidal anunció el lanzamiento del libro ‘Frida Kahlo: Fashion as the Art of Being’, en el que recopila la influencia de Kahlo en la moda.
La Frida feminista o la Frida artista ya tuvieron su auge en décadas pasadas, pero pasaron 60 años desde su muerte para que el estilo de la pintora mexicana sea reconocido como icónico.
La diseñadora de indumentaria y accesorios Cinthia Guato explica que la tendencia actual de consumo de productos con sello latinoamericano es uno de los motivos por los que Frida se ha convertido en una inspiración.
Es por ello que encontrar prendas étnicas hechas en Ecuador que se asemejen a lo que usaba Kahlo es sencillo. Blusas bordadas en Zuleta, macanas (un tipo de chal) tejidas por el artesano José Jiménez y accesorios grandes y llamativos son algunas cosas que se venden en tiendas de diseño ecuatoriano, como la Galería Ecuador.
Por otro lado, los tocados con flores, una de las características más reconocidas de Frida, están de moda gracias al ‘streetstyle’ en los festivales de música y a aplicaciones que permiten decorar digitalmente el cabello.
Estos elementos del estilo de Kahlo no son fortuitos. “El arte era su forma de vida”, dice Diego Dante, diseñador de moda. Desde adolescente, ella cosía junto a su hermana la ropa que vestiría.
La construcción de su estilo estaba basada en la contraposición a lo hegemónico. Un vistazo a la época en la que vivió explica mejor este punto. En la década de los 20 y 30 imperaba la elegancia minimalista y sobria propuesta por Coco Chanel. En los 40, la sencillez se impuso a causa de las guerras. Y en los 50, la hiperfeminidad creada por Dior o encarnada en las estrellas de Hollywood ¬como Marilyn Monroe imperaba en la industria de la moda.
Kahlo no quería encajar, sino destacarse. Separarse de lo gris de la cama a la que estuvo condenada y de sus dolencias permanentes significaba invertir horas frente al espejo dando color a su imagen con huipiles (blusas bordadas que visten La indígenas de Yucatán) o con sedas y tafetanes heredadas de su abuela alemana.
Su cuerpo era otro de sus lienzos. Fue una de las primeras personas en desarrollar una marca personal, como una necesidad de expresión y de ser. Fue así que cuando se abrió su closet, más de 50 años después de su muerte, encontraron entre sus pertenencias un lápiz de cejas, con el que acentuaba su ceño.
El bigote y lo andrógino de su imagen tal vez se explican con la frase en la que afirma: “La belleza y la fealdad son un espejismo. Todos terminan viendo nuestro interior”. Por eso, el estilo de Kahlo es atemporal y trasciende. Sus ropas reflejan su esencia apegada al arte, a su feminidad.
Jean Paul Gaultier, Givenchy, Moschino, Valentino y Dolce & Gabbanna son algunas casas de moda que se han inspirado en ella. Estrellas del espectácul¬o, como Madonna o Beyoncé, la introdujeron en la cultura pop.
Así es como las imágenes de Kahlo fueron asumidas por los consumidores y por ello ahora se demandan productos inspirados en la mexicana. Diferentes interpretaciones de su imagen son posibles (Frida caricaturizada, Frida con rasgos más fuertes, Frida pop, etc.) porque las personas pueden identificarse con al menos uno de sus aspectos: la amante, la artista, la mujer vanidosa, la mujer fuerte, la atea, la heroína humana.