Este espacio nació en 1929, de la mano del sacerdote jesuita Aurelio Espinosa Pólit. Desde entonces se convirtió en el repositorio de historia del país. Fotos: Patricio Terán / EL COMERCIO
En 1929, el Ecuador se alistaba para celebrar el primer centenario de su constitución republicana. Despertaba con tal oportunidad en los ecuatorianos la conciencia de nacionalidad y se avivaba el recuerdo de los próceres y de los héroes, de los patriotas que habían contribuido a forjar la historia de la República.
Tres meses antes, en septiembre de 1928, el P. Aurelio Espinosa Pólit S.I. había regresado al Ecuador, después de 30 años de exilio al que su familia había tenido que acogerse víctima de la hostilidad política de la Revolución Liberal de 1895.
El religioso, a sus 34 años, dotado de una aquilatada formación literaria y humanística, comprendió que el Ecuador carecía de un centro documental y bibliográfico especializado en temas atinentes a su pasado y su presente. Con el permiso de los superiores jesuitas, se dedicó a organizar una biblioteca de autores ecuatorianos.
Primer libro de ‘Historia del Ecuador’, escrito por el Padre Juan de Velasco. Este es el texto original.
Y la creó con apenas 250 volúmenes debidamente encuadernados. Entre otras reliquias invalorables estaba un original de la Primera Constitución del Ecuador de 1830, que fue propiedad de Juan José Flores, primer presidente del Ecuador.
En la actualidad, el fondo documental supera los 700 000 volúmenes, a los cuales se han sumado los libros de la antigua biblioteca de los jesuitas. Ahora, la Biblioteca está bajo la responsabilidad del P. Iván Lucero, historiador jesuita.
El despacho del padre Aurelio Espinosa Pólit, donde reposan algunos de los libros que guardaba allí.