Astronautas regresarán a la Estación Espacial que ayudaron a construir

El módulo está desnudo, sin la coraza blanca: se ven piezas de cobre, mangueras, válvulas, tubos, y aún le faltan las ventanas.

El módulo está desnudo, sin la coraza blanca: se ven piezas de cobre, mangueras, válvulas, tubos, y aún le faltan las ventanas.

Los dos experimentados astronautas viajarán en el primer vuelo tripulado de la nave espacial Dragon, de la empresa privada SpaceX. Foto: Agencia AFP

Bob Behnken y Doug Hurley son amigos desde hace 18 años. Juntos entraron a la NASA, volaron al espacio y ayudaron a construir la Estación Espacial Internacional (EEI), a la que tienen previsto volver en 2019.

Los dos experimentados astronautas viajarán en el primer vuelo tripulado de la nave espacial Dragon, de la empresa privada SpaceX, a la EEI el próximo abril, después de un primer viaje de prueba en noviembre sin tripulación.

La misión la completan Mike Hopkins y el “novato” Victor Glover. “Poder conducir el primer vuelo de un vehículo como piloto de prueba es una oportunidad que se da una vez en la vida, así que obviamente estoy muy agradecido por ello”, dijo Hurley junto a sus compañeros frente al nuevo módulo espacial. “Pero también debo decir que nos queda mucho trabajo por hacer”.

La cápsula Dragon está sobre una plataforma azul en una sala cerrada por paredes de vidrio ubicada en un gigantesco taller donde también se construyen otras partes del proyecto espacial.

El módulo está desnudo, sin la coraza blanca: se ven piezas de cobre, mangueras, válvulas, tubos, y aún le faltan las ventanas.

Un simulador da una idea más clara de cómo será la cápsula tipo Soyuz, que va en la punta del cohete. Cuatro asientos con tres pantallas, que muestran la ubicación de la nave con respecto a la Tierra, el Sol y la EEI, es decir, la evolución de la misión.

Aunque la operación se hará desde la Tierra. La tripulación tomaría control solo en caso de emergencia.

El módulo está desnudo, sin la coraza blanca: se ven piezas de cobre, mangueras, válvulas, tubos, y aún le faltan las ventanas. Foto: Agencia AFP

La NASA no envía astronautas por su cuenta al espacio desde 2011, cuando cerró su programa de transbordadores espaciales después de 30 años, y ahora depende de dos empresas privadas -Boeing y SpaceX- que desarrollan el nuevo proyecto de transporte comercial.

SpaceX, fundada por el empresario Elon Musk, ha dicho que espera poner turistas en órbita en un futuro cercano.

“Hasta estar listos”

SpaceX tiene planeado que el primer vuelo sea no tripulado, de demostración, para recibir el aval de NASA y enviar a este equipo en abril de 2019.

Un informe emitido en julio pasado por un auditor del gobierno de Estados Unidos dijo que era improbable que Boeing y SpaceX fueran capaces de enviar astronautas a la EEI en 2019, lo que daría lugar a una posible ausencia de Estados Unidos en el laboratorio orbital.

Hasta ahora, la NASA paga USD 80 millones por asiento a Rusia para enviar estadounidenses a la EEI en cápsulas Soyuz. “Predecir fechas de lanzamientos puede convertir en mentirosos a los mejores de nosotros, espero no ser prueba de ello”, dijo la presidenta de SpaceX, Gwen Shotwell, al confirmar el cronograma previsto.

“No vamos a volar hasta estar listos para llevar a estos chicos de forma segura”, advirtió. “Tenemos que demostrar que este vehículo es capaz de llevar a astronautas desde suelo estadounidense tan a menudo como la NASA nos permita hacerlo”, indicó la ejecutiva, que defendió la idea de cargar combustible con la tripulación a bordo.

Una falla descubierta durante una prueba de lanzamiento de la nave espacial Starliner de Boeing provocó un retraso en su primer vuelo de prueba tripulado.

Disfrutar el paisaje

El programa se desarrolla en momentos en que el gobierno del presidente Donald Trump anunció que crearía una fuerza militar espacial.

El traje se compone de una sola pieza blanca casi ceñida al cuerpo, con botas y guantes grises y con un casco más liviano. Foto: Agencia AFP

“Las discusiones y consideraciones para una fuerza espacial están ocurriendo en niveles muy superiores a cualquiera de nosotros aquí”, dijo Hopkins, evitando la pregunta. “Ya veremos”, deslizó.

Además de pilotar por primera vez la Dragon, que ya ha hecho unas 15 misiones de cargo no tripuladas, los astronautas estrenarán un nuevo traje.

Parece de película de ciencia ficción. Se compone de una sola pieza blanca casi ceñida al cuerpo, con botas y guantes grises y con un casco más liviano.

Behnken y Hurley, de 48 y 51 años respectivamente y ambos padrinos de la boda del otro, estuvieron involucrados en el diseño del traje espacial, pues ambos han usado muchos.

“Algunos eran muy pesados, con mucho metal. A veces era difícil ver por el diseño del casco (...), tomaron esos comentarios y diseñaron el traje”, dijo Hurley. “Y también es bonito, lo cual no era un requisito, pero ciertamente lo apreciamos”.

Una vez allá arriba, adonde solo unos pocos han llegado, Hurley espera poder tomarse una hora y contemplar el paisaje: “Las misiones de transbordador eran tan coreografiadas que nunca había un momento para dar un vistazo” por la ventanilla.

Y claro, habiendo participado en la construcción de la EEI, “es emocionante volver y verla terminada y en completo funcionamiento, ver cómo ha cambiado desde entonces”.

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