La falta de oxígeno en el vientre o durante el parto puede provocar alteraciones de la función celular de grado variable, que en casos extremos provoca la muerte. Foto: Archivo EL COMERCIO
Una de las preocupaciones de toda mujer embarazada es la posibilidad de que su hijo se asfixie en el vientre o durante el nacimiento.
Esto puede producirse por diversas razones, siendo unas de ellas las enfermedades de la madre antes y durante el embarazo. Así, por ejemplo, puede ser producto de desnutrición, anemia, edad de la mamá (menor de 18 y mayor de 37 años), enfermedades cardíacas, entre otras.
La hipoxia perinatal es la mala oxigenación durante el embarazo, parto o nacimiento del bebé. Tiene consecuencias negativas para el bebé, que varían según la intensidad y el tiempo de duración.
Esta falta de oxígeno puede provocar alteraciones de la función celular de grado variable que pueden llegar hasta la muerte. Pero también daños en el sistema nervioso central, que pueden producir parálisis cerebral y otras afecciones psiconeurológicas, como el autismo y el trastorno por déficit de atención.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de un millón de recién nacidos que sobreviven a la asfixia, desarrollan algún grado de parálisis cerebral infantil, problemas de aprendizaje y otros que están relacionados con el desarrollo.
Incluso, la entidad internacional señala que en países desarrollados, la asfixia perinatal afecta de 3 a 5 neonatos por cada 1 000 niños nacidos vivos.
Por ello, recomienda a los médicos vigilar el crecimiento y desarrollo de la mujer desde su niñez hasta sus condiciones sociales de vida. Asimismo, se debe controlar y seguir de cerca cada fase del embarazo y del parto, para garantizar el mejor acceso a la salud y niños sin problemas de asfixias.
Esto, porque las causas de este mal son prevenibles si la madre lleva una vida saludable y con una alimentación rica en nutrientes.
Además, si se lleva un control natal adecuado para evitar embarazos en mujeres muy mayores, que corren un mayor riesgo durante el embarazo y que es causa de muchos problemas congénitos, como el síndrome de Down.
La OMS determina que existen tres causas que explican las tres cuartas partes de la mortalidad neonatal en el mundo: partos prematuros (29%), asfixia (23%) e infecciones graves tales como sepsis y neumonía (25%).
“Si las intervenciones disponibles llegaran hasta quienes las necesitan se podrían prevenir dos tercios o más de esas defunciones”.