María Gabriela Toro,
para EL COMERCIO (I)
cultura@elcomercio.com
Como una hecatombe, así se veía al Virus de Inmunodeficiencia Humana/Síndrome De Inmunodeficiencia Adquirida, en los años 80. Inmediatamente se apuntó a la comunidad que por su densidad poblacional minoritaria hacía evidente la punta del iceberg: las personas gais, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales.
De ese ‘boom’ epidémico, más la discriminación abierta hacia la comunidad Lgbti surgieron movilizaciones de familiares, amigos y afectados para reclamar la cobertura de sus derechos de salud. De igual manera, personalidades seropositivas realizaron intervenciones artísticas. Es el caso del multifacético David Wojnarowicz (Estados Unidos, 1954-1992), quien incluso llegó a coserse la boca en la cinta ‘Silence = Death’ (Silencio igual muerte).
En Ecuador, el panorama se torna complejo si se trata de hablar de arte y VIH/sida. Empezando por la ausencia de un archivo que reúna obras que aborden el tema, sean ensayos académicos, guiones de teatro, cuentos (como uno de los últimos de la escritora Gabriela Alemán, incluido en su libro más reciente: ‘La muerte silba un blues’), fotos, registros de performance, etc.; como sí lo hay en otros países, sea en iniciativas pequeñas, virtuales…
No obstante este vacío de una memoria sobre las expresiones artísticas en torno al VIH/sida, proyectos como la revista virtual de arte Lasicalíptica han sumado voces entre la frontera del arte y lo social.
Una muestra de ello es el número 2 (agosto del 2013) de esta revista virtual dirigida y editada por el realizador audiovisual Ricardo Luna. Una de sus fotografías graficó el relato Miedo de Sado Salado, un personaje que cuenta su experiencia personal como seropositivo y el momento del contagio.
Para Luna este tipo de obras acercan a quienes no son portadores del virus a la experiencia sensible de quien vive con esta condición. Una mirada que se distancia del paternalismo muchas veces enunciado en los programas de prevención.
Sin alejarse del campo visual, también cuenta la serie ‘Tócame’ del artista Gledys Macías, que también hace de drag queen con su personaje Destiny. Los tres lienzos abstractos de Macías fueron expuestos el año anterior en la muestra ‘En carne viva’ en La Naranjilla Mecánica, Quito.
Los óleos rojos y sangre de personas portadoras y no portadoras del virus usados por Macías causaron rechazo en los observadores. Quienes en un primer momento se habían acercado al llamado del imperante nombre de la serie.
Pese a la fuerza expresiva y el carácter desafienate de Miedo y ‘Tócame’, no está de más preguntarse por qué la comunidad Lgbti ha sido la que mayoritariamente ha enfrentado la vivencia del VIH/sida desde el arte.
Según Macías, esto se debería a que en los 80, las minorías sexuales tomaron la bandera reivindicativa por la salud de estos grupos, y a la par denunciaban la discriminación de la que todavía son objeto.
Mas esta herencia involuntaria abre un campo de inquietudes y exploraciones para otros artistas, que no necesariamente son personas Lgbti. Por ello, aunque todavía está en ciernes, Ricardo Luna y el dramaturgo y actor León Sierra planean convocar en el 2015 a una residencia artística que aborde el arte y el VIH/sida.
No olvide
El sitio virtual www.visualaids.org recopila obras y biografías de artistas seropositivos de todo el mundo, asimismo brinda apoyo a los artistas y guarda un registro de obras que abordan la temática sobre el virus.
La revista virtual de arte Lasicalíptica se encuentra en el sitio web: www.lasicaliptica.net. El proyecto también abarca una galería virtual y constantemente actualizan las convocatorias a muestras de cine y video posporno.
El festival de cine El Lugar sin Límites, además de mostrar películas internacionales sobre la comunidad Lgbti, abre la exposición ‘En carne viva’ y distribuye la revista Max;donde también se da espaciopara abordar al VIH/Sida.
En contexto
Son pocas las obras artísticas en Ecuador que aborden las experiencias de personas portadoras del virus y que se distancien de un punto social explícito. Sin embargo, revistas virtuales como Lasicalíptica y muestras como ‘En carne viva’ abren espacios al tema.