En el Teatro de la Casa de la Cultura se llevó a cabo el segundo Festival de Danza Cioff Ecuador, el sábado 12 de julio de 2014. Foto: Jenny Navarro/ EL COMERCIO
Las más diversas expresiones culturales de las tres regiones continentales desfilaron por el escenario del Teatro Nacional de la Casa de la Cultura, la mañana y tarde de este sábado (12 de julio de 2014), en un espectáculo que duró más de cuatro horas.
La apertura del evento estuvo a cargo del ballet ecuatoriano Jacchigua, anfitriones del segundo Festival de Danza Cioff Ecuador. Un evento que busca mantener y difundir las expresiones artísticas de las diversas cultural del país.
Rafael Camino, director de Jacchigua, dice que esta es la primera vez que el festival cuenta con la participación de un grupo cultural del Oriente. Los invitados fueron los miembros del grupo de danza Indichuris (Hijos del sol), que presentaron una obra en la que expusieron varios pasajes cotidianos de las comunidades orientales.
La cacería, la convivencia comunitaria, las relaciones familiares hasta los ritos de guerra fueron parte de su presentación. Pintura corporal, trajes y adornos elaborados con piedras, pieles de animales y especies vegetales representaban la riqueza simbólica de esta cultura, mientras que el movimiento de sus cuerpos se sincronizaba con la música tribal que marcaba el compás de sus coreografías.
El pasillo, el sanjuanito, la polca montubia, fueron algunos de los ritmos con los cuales se representó la diversidad cultural de la Costa. Entre danzas ancestrales, bailes de salón y coreografías contemporáneas, grupos como el de Manuel Martínez, Costumbres de mi pueblo y Folcosta siguieron el rastro de la tradición aborigen hasta las costumbres de la cultura popular mestiza.
Foto: Jenny Navarro/ EL COMERCIO
Estas es la segunda vez que el grupo de danza Folcosta participa del festival. Su director Gonzalo Freire explica que las tres obras presentadas (tradiciones urbanas, polka montubia y cosecha agrícola) fueron creadas sobre la base de un proceso de investigación que pretende rescatar la tradición montubia.
Dice que una de sus propuestas es montar obras que vayan más allá del espectáculo y en las que se pueda compartir con el público los elementos culturales de los que parten cada una de las representaciones. No descarta la importancia de este tipo de eventos pero cree que las representaciones folclóricas en general necesitan más diversidad en sus propuestas.
En escena también estuvo el grupo Los Falcons con una representación de la Kasama, una fiesta de origen Tsáchila que representa el inicio del nuevo año. Una celebración ritual que además integra mitos y leyendas de la comunidad Tsáchila entre movimientos de ballet, danza, teatro y gimnasia artística.
La región andina estuvo representada por grupos como el ballet Samay, Renacer, Inti Raymi y Danza e identidad. Ponchos, alpargatas, zamarros pero también anacos, rebosos y gargantillas son solo algunos de los elementos que lucieron los bailarines que representaban rituales y costumbres como los de la cosecha, el matrimonio, el cortejo o la fiesta grande.
Varios actos que demostraron un exigente trabajo de sincronización y ritmo que pese a ciertos impases en la coordinación logística y técnica se convirtió en una experiencia de enriquecimiento cultural que fue del agrado del público que asistió al Teatro Nacional.
Foto: Jenny Navarro/ EL COMERCIO