Las ilustraciones de Alice Bossut, en tonos rojo y azul, muestran el intenso romance que mantienen los volcanes Taita Manuel Imbabura y Mama Isabel de las Nieves Cotacachi. Reproducción: José Mafla/EL COMERCIO
El monte Yanaurku es el producto del romance entre el Taita Manuel Imbabura y Mama Isabel de las Nieves Cotacachi, volcanes del norte del país. Esa es una de las leyendas más populares entre los indígenas de Otavalo y de Cotacachi, provincia de Imbabura. La francesa Alice Bossut escuchó este relató en su primer viaje al Ecuador. Ahora le ha dado vida desde su propuesta plástica.
Al llegar a Otavalo no solo le impactó la belleza paisajística. Sobre todo le cautivó saber que para los kichwas estas montañas tenían vida, nombres y eran protagonistas de numerosos mitos. Hace dos años, tras radicarse en el país, la ilustradora, de 30 años de edad, empezó a investigar esta historia.
Entre los adultos mayores y jóvenes indígenas de Peguche, Otavalo, Santa Bárbara y Cotacachi recopiló las historias que se cuentan en ocasiones especiales. Para compartir estas narraciones de la sabiduría imbabureña decidió plasmar todo lo que le habían contado en el libro ‘Mama Cotacachi&Taita Imbabura’. El texto incluye 20 páginas de la pareja de volcanes, que vive un idilio eterno.
En tiempos ancestrales, señala el relato, los volcanes aún jóvenes se enamoraron a primera vista. Se saludaban de lejos. Se mandaban besos volados. Finalmente, decidieron mantener un romance apasionado.
La artista plasmó al Imbabura y al Cotacachi con la técnica de la xilografía. La cromática que Bossut escogió para sus grabados es sencilla, apenas dos colores: rojo y azul. Mezclados crean un tercer tono oscuro, que aporta complejidad a la paleta. Todo el trabajo fue realizado en la Estampería Quiteña.
Yauri Muenala, artista plástico kichwa, comenta que la europea maneja los espacios en blanco que permiten una amplia perspectiva del paisaje. También considera que con los tonos primarios ofrece la fuerza natural de los volcanes.
En uno de los cuadros grabó una riña entre los enamorados. En la escena, Mama Cotacachi arroja una roca incandescente que impacta en las rodillas de su milenario amante.
Al Taita Imbabura le duele mucho, pero contiene su llanto por respeto a los habitantes de la región, señala el cuento.
Los grabados originales se exponen en la galería Yutsu Sara (Sabiduría del Maíz, en kichwa), en Peguche.
La muestra de nueve grabados, que se abrió el 22 de marzo con motivo del inicio nuevo año andino, estará abierta hasta la próxima semana.
El libro fue terminado en abril del año pasado, y la obra pictórica se mostró primero en la Alianza Francesa, en Quito,
y en la librería Entre-Temps, en Lieja, en Bélgica.
En Yutsu Sara, Alice Bossut compartió dos semanas con vecinos de Peguche. Humberto Muenala, propietario de la galería, explica que la casa de dos plantas también es una residencia para artistas.
“Compartimos las tradiciones orales con Alice”. Durante su visita a Otavalo pudo conocer sitios como el Hatun Rumy, como denominan los vecinos a la piedra de 10 metros de altura que está ubicada en la comunidad de Quinchuquí.
De acuerdo con la tradición popular, esta fue la piedra que Mama Isabel de las Nieves Cotacachi lanzó a Manuel Imbabura, en un momento de enojo.
Ahora, Bossut prepara su nueva obra: ‘El Gigante de la Laguna’, que se publicará a fin de mes. Este trabajo narra la historia de un hombre descomunal que vivía en Cotacachi y que no podía bañarse en ningunas de las lagunas imbabureñas.
Este libro lo está preparando junto con Marco Chamorro, un ilustrador quiteño, a quien también le interesa la tradición oral. El texto irá en formato acordeón e impreso en serigrafía. Bossut dice estar enamorada de las leyendas del país.