Una de las creaciones de artesanos de La Pila. Y arriba, detalles de piezas exhibidas en la muestra. Foto: Cortesía Ricardo Bohórquez y EC.
En una suerte de cabaña -podría ser también una cama con remates ornamentales – figuras con rasgos humanos y tocados prehispánicos mantienen relaciones sexuales en diferentes posiciones, en una extraña orgía. Se trata de una cerámica contemporánea en la que Francisco Mezones, artesano de La Pila, en Manabí, se inspira en el arte erótico precolombino, en sus ritos y chamanes, para interpelar la tradición de sus ancestros.
La pieza se exhibe en una vitrina junto a una docena de cerámicas, en las que se mezclan piezas de la reserva arqueológica del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) de Guayaquil y las de artesanos de La Pila.
Figurines en diversas posiciones sexuales, encuentros gais y falos hacen parte de esta sección de la muestra ‘Contaminados, lo popular en el arte’, que une arte popular con obras de reputados artistas contemporáneos locales.
“Las piezas tienen inspiración precolombina, pero incorporamos elementos nuevos”, explica Mezones, de 43 años y quien trabaja cerámica desde los 9, un legado cultural de sus mayores. Mezones tiene además una barbería y “talla” en los peinados, motivos de las culturas de la Costa. “Nos sentimos continuadores de la cultura manteña, que habitó toda esta zona”, agrega.
Un territorio vinculado también con el pueblo montuvio. La Pila, en la provincia de Manabí, es una parada de venta de dulces y artesanías en la vía Guayaquil-Manta. La venta de reproducciones de arte precolombino fue por años sustento familiar de alfareros de la comunidad, pero es un oficio en vías de extensión en el pueblo.
La exposición del MAAC incluye escenas de la comunidad volcadas a la cerámica, como un entierro en el cementerio. Diez de los artesanos participaron de un taller previo a la muestra, con el objeto de potenciar el trabajo y explorar otro tipo de representaciones.
Las casitas de caña montuvias tienen caras de piezas ancestrales. Unas tortugas con ranura para alcancías tienen rostros antropomorfos , como chamanes en su transformación animal. También, trabajaron réplicas de figurinas con cabezas de animales y un tratamiento de colores pasteles.
El capítulo de la sexualidad de ‘Contaminados…’ incluye obras censuradas como ‘La adolorida de Bucay’, pintura de Hernán Zúñiga: y ‘Ardo por un semental que me llene toda’, de Gabriela Chérrez, en esmalte de uñas sobre azulejos, premio del Salón de Julio 2007.
Matilde Ampuero, curadora de la muestra, contó que cuando llegaron a trabajar a La Pila se encontraron que las piezas eróticas estaban a menudo ocultas. “Mientras que la América precolombina no tenía cuestionamientos a lo Lgbti”, matizó.