El arroz es el motor del agro montuvio de la provincia de Guayas

El 80% de los habitantes del sector de Guachinchal, en Daule, se dedica a las actividades agrícolas en los sembradíos de arroz. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

El 80% de los habitantes del sector de Guachinchal, en Daule, se dedica a las actividades agrícolas en los sembradíos de arroz. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

El 80% de los habitantes del sector de Guachinchal, en Daule, se dedica a las actividades agrícolas en los sembradíos de arroz. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

El arroz es el principal motor económico de las jurisdicciones cuya población mayoritaria es la montuvia. Lomas de Sargentillo y Daule son dos de los cantones en los que el invierno activó el sembrío de la gramínea de la que depende el 80% de sus habitantes.

El movimiento que genera ese grano se evidencia no solo en los campos, sino también en el casco urbano donde se comercializan los cultivos. Los vendedores se distinguen por sus vistosos sombreros que caracterizan al montuvio.

En Lomas de Sargentillo, de unos 18 000 habitantes, el producto entra por los ojos del visitante casi en todos los rincones. A lo largo de la vía principal a Manabí, se lo expende bajo carpas y en sacos que van desde las 10 libras hasta las 210.

En la jurisdicción hay más de 40 piladoras. La importancia del arroz en la población montuvia local es tan fuerte que incluso el escudo del cantón lleva una rama del grano.

En la localidad se pila la gramínea que viene en cáscara de sus campos y desde Daule, Palestina y Balzar, en Guayas, y de Los Ríos. Solo en invierno se cultiva en este cantón, dice Cristóbal Ronquillo, de la piladora San Vicente.

En ese centro trabajan alrededor de 10 personas que se identifican como montuvias. Ellos procesan alrededor de 50 sacas cada día, que luego van a Guayaquil, Quito o Cuenca.

En la cabecera cantonal de Lomas de Sargentillo vive Fidela Tutiven, quien lleva 10 años en la comercialización en la carretera. Su horario no ha variado: trabaja desde las 07:00 hasta las 18:00. Si la jornada es productiva logra hasta USD 200 al día.

“No cambiaría este negocio por nada, tengo buena clientela porque saben que el arroz que ofrezco es de calidad”, refiere con orgullo esta mujer de 45 años que dejó su empleo en una fábrica de Guayaquil para dedicarse de lleno al arroz.

María Espinoza, en cambio, administra la piladora de sus abuelos. “Los montuvios estamos orgullosos de nuestra actividad, con el arroz hemos ido progresando año a año”.

En Daule el panorama no es distinto. Desde el 2013 es reconocida oficialmente como ‘La Capital arrocera del Ecuador’. Sus campos lucen verdes y se mezclan entre las tradicionales viviendas de la zona rural.

El sistema de riego sirve para una vasta área del cantón y es vital para la producción. Óscar Bonilla dice que es un montuvio entregado de lleno a este oficio. “En el pueblo todos vivimos de esto, comemos y nos vestimos por esto”, relata el habitante del recinto El Piñas del Frente, a unos 15 minutos de la cabecera cantonal.

Ese pintoresco pueblo es como una especie de isla, pues sus alrededores están copados por el verdor de los sembradíos de arroz.

Metros más adelante, en Loma del Papayo, Marco Zambrano, recuerda que un jornalero puede ganar al día entre USD 10 y 25 según el horario de trabajo.

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