Las zonas destinadas a reuniones se complementan con patios o terrazas. Foto: Plataforma Arquitectura
La pandemia por el covid-19 ha incrementado la necesidad de mejorar los espacios, no solo en la vivienda sino también fuera de ella. La idea es lograr ambientes más confortables, seguros e higiénicos.
Uno de los lugares que ha dado un giro son las oficinas que, en buena parte de las ciudades, se han trasladado a los diferentes rincones de la casa.
En los edificios, estas áreas han sido intervenidas con el fin de que sean más seguras para reducir contagios. La iluminación natural, la ventilación y la conexión con la naturaleza como formas de mejorar la salud y el bienestar de las personas han sido constantes preocupaciones para los arquitectos.
Bajo esa idea, y ahora que se ha probado que el coronavirus se transmite más en espacios cerrados, los espacios al aire libre toman fuerza, no únicamente para el esparcimiento sino para el trabajo.
En el estudio ‘Stale Office Air Is Making You Less Productive’, efectuado por la Universidad de Harvard en el 2017, los investigadores demostraron que el aire exterior es bueno para el cerebro, permite una mejor concentración y reduce los niveles de estrés.
En eso coincide Adriana Aguirre, directora de la carrera de Diseño de la Universidad de Las Américas (UDLA). Indica que involucrar un poco del exterior en los espacios interiores no solo se relaciona con la salud física sino emocional.
En la actualidad, los nuevos proyectos plantean complementar los espacios de trabajo con áreas exteriores y de esparcimiento.
En este sentido la clave está en la configuración del espacio, que debe estar correctamente guardado del sol y tener la sombra necesaria. Asimismo, protección contra la lluvia.
Aguirre sostiene que para estos casos, el mobiliario y otros accesorios deben ser resistentes y hechos de materiales que tengan cierta concordancia con la naturaleza, como madera o fibras naturales.
Estas áreas están ligadas al concepto de ‘coworking’. En tiempos de pandemia hay algunas modificaciones, como priorizar asientos individuales o la disposición de mesas con la distancia adecuada.
En el caso del teletrabajo, también se puede ‘trasladar la oficina’ a un área exterior o integrarla. Si se cuenta con un patio, porche o terraza, estas áreas son las ideales. En este punto es fundamental una cubierta y la sombra, no solo para evitar la incidencia directa del sol, sino para garantizar que las pantallas de los dispositivos tengan una visualización adecuada. Las conexiones y otros accesorios para el funcionamiento de monitores o ‘laptops’ son fundamentales. Para ello, se sugiere contar con extensiones, accesorios portátiles e inalámbricos.
La ergonomía no se debe perder de vista. Aunque la idea no es llevar el escritorio o la silla de oficina, sí se deben buscar asientos cómodos con espaldares y soportes de brazos. El objetivo es que el área exterior sea para alternar y no para una jornada completa de trabajo.
Asimismo, los patios o zonas externas pueden servir para actividades específicas.
Una muestra es el Centro de Operaciones de Emergencia del Sheriff de Contra Costa en Martínez, California, EE.UU. Cuenta con una sala de conferencias con capacidad para 175 personas, pero la pared trasera se puede abrir por completo a un patio sombreado para acomodar a otras 100.