Aprenda cómo puede sembrar un árbol

PASO 1. Todo comienza en un vivero, donde las plántulas son tratadas como un bebé. En el Bosque Protector Cerro Blanco (Km. 16 de la vía Guayaquil-Salinas), las semillas son recolectadas y conservadas en un banco, a 16°C. Así pueden durar de uno hasta tre

PASO 1. Todo comienza en un vivero, donde las plántulas son tratadas como un bebé. En el Bosque Protector Cerro Blanco (Km. 16 de la vía Guayaquil-Salinas), las semillas son recolectadas y conservadas en un banco, a 16°C. Así pueden durar de uno hasta tre

Lanzarse en paracaídas. Cruzar un país en bicicleta. Escalar siete montañas. Viajar en un globo aerostático. Contarle un secreto a un desconocido... Las famosas listas de 'cosas por hacer antes de morir' están repletas con actividades extremas y jocosas. Pero nunca puede faltar una acción verde a favor del planeta: sembrar un árbol.

Plantar uno de estos gigantes es un respiro para el medioambiente (un árbol puede absorber entre 10 y 30 kg de CO2 por año); y un legado para la familia. En el Bosque Protector Cerro Blanco -ubicado en el km 16 de la vía Guayaquil-Salinas- se cumple este sueño.

Amarillo, guachapelí, ébano, laurel de Puná, guasmo, beldaco, etc. Aquí se conservan semillas de más de 30 especies típicas del bosque seco tropical de la Costa.

En el vivero se cuida su germinación en el semillero. Cuando las primeras hojas aparecen están listas para ser trasplantadas en fundas. Pasarán unos tres meses hasta que ganen altura y sus tallos se fortalezcan con sol y agua.

Solo entonces podrán desarrollarse en espacios más amplios y hasta que den su sombra pueden tardar entre 10 y 30 años en crecer.

Escoger la especie indicada dependerá del terreno y del anhelo del sembrador. Jaime Lagos, uno de los expertos del vivero, explica que para plantar un árbol en casa se requiere de un patio de al menos 100 m2, es mejor elegir especies cuyas raíces no ocasionen problemas. El pechiche, el bálsamo, la jigua y los árboles frutales son ideales para el hogar; no así el guayacán, el ceibo, el samán, el acacio o el Picus, por sus raíces.

Pero si el espíritu ecológico traspasa las paredes de casa, se puede participar en planes de reforestación en áreas naturales. El pasado jueves, Agustín Coxx cargaba una camioneta con un montón de pequeñas plántulas que una fundación compró para poblar una zona cercana a Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil.

Para la siembra, Lagos explica que es necesario contar con plántulas listas, cuidadas en un vivero. Y hay que preparar el terreno: remover la tierra, nivelarla y esparcir una capa de ceniza (cascarilla de arroz quemada), que aporta nutrientes. El siguiente paso es cavar agujeros de 20 a 25 cm, donde se depositará la planta. Luego se cubren las raíces con una capa de tierra y se presiona alrededor del tallo, haciendo hoyitos con los dedos para evitar que se formen bolsas de aire que impidan el paso de la humedad. La época lluviosa es la mejor para el trasplante. En verano se recomienda regar dos veces por semana, por las noches y con agua de vertientes naturales. "Hay que seguir los mismos pasos de la naturaleza -comenta Lagos-. Y tener mucha fe".

PASOS

  • Las semillas son recolectadas y conservadas en un banco, a 16°C. Así pueden durar de uno hasta tres años.
  • En el semillero  estarán con una mezcla  de 60% de tierra de montaña y 40% de abono natural. Aquí estarán hasta ganar, entre 5 y 8 cm.
  • Luego pasan a fundas plásticas con 60% de tierra, 40% de compost y 10 de arena.
  • En esta fase pasan por una poda de hojas y raíz. Antes de ser trasladas al terreno, hay que prepararlo.

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