La resolución del Municipio de Quito permite operar a todos los gimnasios de la capital, a excepción de los que realicen actividades de contacto o artes marciales. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
Después de 17 días de constantes supervisiones, todos los gimnasios de Quito finalmente obtuvieron el visto bueno de la Alcaldía de Quito para operar con ‘normalidad’.
La luz verde llegó hoy, 8 de octubre del 2020, después de que 80 centros de acondicionamiento superaran un Plan Piloto, con el que se buscaba comprobar que era posible que los socios se entrenaran sin aumentar el riesgo de contagio por el covid-19, razón por la que cerraron sus puertas a mediados de marzo del 2020.
Juan Fernando Paredes, presidente de la Federación de Físico Culturismo y Potencia del Ecuador, fue el portavoz de la noticia. Él, precisamente, fue una de las personas que participaron en la elaboración de un minucioso protocolo de bioseguridad y de las que presionaron para que se les permita reabrir las puertas de esos negocios.
Paredes contó que “la resolución les permite operar a todos los gimnasios de la cuidad, a excepción de los realicen la práctica de actividades de contacto o artes marciales”.
Añadió también que la Agencia Metropolitana de Control realizará revisiones periódicas para controlar los permisos de funcionamiento y el cumplimiento del protocolo. Por falta de permisos, precisamente, muchos gimnasios se quedaron fueran del Plan Piloto, pese a que implementaron las medidas de bioseguridad y participaron activamente en la elaboración de esa guía, que sirve como una referencia a nivel nacional.
Actualmente, los socios acuden a los centros de acondicionamiento tras solicitar un espacio con anticipación. El uso de la mascarilla es obligatorio, al igual que la desinfección de manos y calzado. Antes de ingresar, los deportistas también se someten al control de temperatura y están obligados a mantener el distanciamiento social.
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