Los trastornos alimenticios en varones tardan más tiempo en ser detectados. Una de las causas es la percepción generalizada de que la anorexia solo afecta a mujeres. Foto: Freeimages.com.
La anorexia tanto en hombres como en mujeres es un problema que va más allá de la salud. Por ello, se requiere de una atención integral para tratar este problema, que cada vez cobra más víctimas.
Por ello, en casa, escuela o trabajo se deben tomar en cuenta algunas alertas para combatir este problema y ayudar a quien lo padece.
Uno de los puntos que deben llamar la atención es la perdida de peso progresiva o brusca con la excusa de buscar una “alimentación saludable“. Pero en la práctica solo busca reducir de peso.
Una segunda señal de alarma es la continua obsesión por pesarse permanentemente, aunque también puede convertirse en un miedo inconsciente a subirse en una balanza.
Asimismo, la persona enferma evita reuniones en donde no pueda justificar su falta de apetito o pueda inventar excusas para no comer.
Otra alerta es la increíble primera etapa de felicidad. El verse más delgado hace que se compren ropa nueva y eso incrementa su estado inicial de euforia. Sin embargo, luego se transforma en temor y ansiedad porque su objetivo de nuevo peso está muy por debajo de lo real.
Esto desencadena un estado de ira cuando los demás preguntan sobre su alimentación. Por ello, prefiere ser la dueña de la alimentación familiar, hace las compras del mercado, se preocupa por cocinar, y está pendiente de qué ingredientes usar en cada plato. Esto no significa, empero, que vayan a comer todo lo hecho.
Esto va acompañado de una práctica excesiva de ejercicios y la mayor parte de las veces lo hacen solos. La actividad física solo incrementa su hambre, que es ocultada con el consumo de cigarrillos, bebidas light, dulces sin azúcar, entre otros.