El MAAC rinde tributo al grupo de artistas que lanzó manifiesto y organizó exposición de rechazo a la I Bienal de Quito de 1968. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.
Una pintura matérica en la que el color se mezcla con arena, desechos o cartón prensado marca una exposición sobre el grupo Van (Vanguardia Artística Nacional) abierta en Guayaquil, 50 años después del manifiesto con el que los integrantes pedían superar el indigenismo y el realismo social en el arte ecuatoriano.
Las obras, a menudo abstractas, incluyen también evocaciones figurativas, referencias al mundo precolombino. El Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) recuerda así el manifiesto y la muestra paralela de rechazo a la I Bienal de Quito de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, el 4 de abril de 1968.
Se trató de un manifiesto de ruptura según los organizadores, una postura en contra de tendencias apegadas al realismo social encarnado por Oswaldo Guayasamín.
Entre los ocho artistas que hicieron parte del Van solo sobrevive Enrique Tábara (Guayaquil, 1930) y en el grupo se encuentran otras figuras del arte ecuatoriano de la talla de Aníbal Villacís (Ambato, 1927-2012).
Quizás las obras de mayor factura de la exhibición sean las de Gilberto Almeida (Ibarra, 1928-2015): guerreros con cascos y escudos prehispánicos surgen iluminados en mamey y naranja en la oscuridad de la pieza Danzantes.
“El año pasado se cumplieron 50 años de la antibienal del Van y quisimos rendirle tributo porque el grupo marcó una de las rupturas más importantes del siglo XX, protestaban contra el arte establecido”, comentó Sara Bermeo, la curadora de la muestra.
Los ocho artistas de diversas tendencias y concepciones se habían unido en 1967 con el apoyo del galerista Wilson Hallo y luego de su antibienal el grupo se disolvió, pero “se convirtieron en artistas connotados del país, muchos con proyección internacional”, agregó Bermeo, custodia curadora de la colección de arte del MAAC. Hugo Cifuentes (Otavalo, 1923-Quito, 2000), Oswaldo Moreno (Cuenca, 1929-Quito 2011), Guillermo Muriel (Riobamba, 1925-Quito, 2014) y León Ricaurte (Mera, 1934-Guayaquil, 2003) complementan el grupo.
“Lo que encontramos fue mucho arte político que ocultaba la mediocridad artística, con la creencia de que el único camino era insistir en el realismo social”, apunta Tábara, en uno de los muros. “Y por nuestra preparación artística radical y universalista, veíamos un panorama más amplio”.