El cine: arte, comunicación e industria, es también frivolidades y celebridad. Los Oscar lo resumen bajo la luminaria del show.
‘Boyhood’, ‘Birdman’ y ‘The Grand Budapest Hotel’ no paran de sonar. Según los preceptos del Oscar, la primera podría ganar: una historia que en un microcosmos familiar refleja conflictos de la sociedad estadounidense (lo político, económico y cotidiano).Y que haya sido rodada a lo largo de 12 años supondría un experimento a ser reconocido con el Oscar a Mejor director.
‘Birdman’ se asienta en su ironía sobre la celebridad y el espectáculo, con un González Iñárritu cosiendo humor negro, angustia existencial y el delirio de la fama. Asimismo, el riesgo de su fotografía, con ese plano secuencia, califica a Emmanuel Lubezki. Como también se califica la fotografía de ‘The Gran Budapest Hotel’, con la simetría característica del estilo de Wes Anderson, cuya sola nominación habla de un público y una industria seducidos por su estética.
Las otras nominadas se anulan entre ellas o por las intenciones de la Academia. ‘Whiplash’, difícil ganadora por su carácter independiente. ‘Selma’, carta de la lucha civil en las nominaciones. ‘American Sniper’, filme bélico leído como propaganda militarista. ‘The Imitation Game’ y ‘The Theory of Everything’, eliminadas entre ellas como ‘biopics’ con acento británico, a pesar de sus especificidades.
En cuanto al Mejor actor: Michael Keaton, cuya selección e interpretación para ‘Birdman’ reposan en la percepción del público sobre su trayectoria en la industria; y Eddie Redmayne, quien interpretando, reto físico y emotivo, a un personaje de la trascendencia de Stephen Hawking sería favorito. Para los roles secundarios, si bien Edward Norton es genial, lo que hace J.K. Simmons en ‘Whiplash’ es superior; lo mismo pasa entre Emma Stone y Patricia Arquette, esta con un papel construido totalmente.
Y para las de habla no inglesa, la fascinante ‘Relatos Salvajes’ la tiene complicada ante lo histórico, político y religioso de ‘Ida’.