La exreina de Quito Ana Carolina Carvajal volvió a pronunciarse sobre la eliminación del certamen Reina de Quito este 18 de julio del 2019. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO
La Reina de Quito 2017-2018 Ana Carolina Carvajal emitió este jueves 18 de julio del 2019 su “último” comentario sobre el certamen Reina de Quito. Lo hizo por medio de su cuenta de Twitter en medio de la polémica que se ha desatado luego de que el Municipio de Quito anunciara la suspensión del concurso.
Carvajal lamentó “si alguien se sintió ofendido por haber sido realista al compartir mi experiencia” como soberana de la capital. Esto luego de que el pasado 16 de julio del 2019, cuando se anunció la suspensión del certamen dijera que durante su reinado cayó “en cuenta de la imposición de estándares de belleza inalcanzables para poder ser una representante digna”.
En las declaraciones de este 18 de julio, la exsoberana se refirió nuevamente al “abuso del puesto” de Reina de Quito, que también mencionó el 16 de julio en Twitter.
Ana Carolina Carvajal fue Reina de Quito entre el 2017 y el 2018. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
A continuación, el comunicado de Carvajal de este 18 de julio.
“A quien concierne
Me solicitaron mi opinión, por lo tanto fui transparente a la hora de realizar mis declaraciones, lamento si alguien se sintió ofendido por haber sido realista al compartir mi experiencia. Muchas veces nos preguntamos por qué no nos dicen la verdad y es simple, así evaden tener que lidiar con aquellos quienes creen que es mal intencionado y con quienes tergiversan lo dicho a medida que les conviene.
El enfoque que di fue al abuso del puesto, dado que es una realidad. Existen empresas que se rehúsan a realizar aportes monetarios y proponen entrega de productos (muchos cerca de la fecha de caducidad), a cambio de utilizar tu imagen y la de quienes supuestamente están siendo ayudados. Fundaciones bien posicionadas, con sueldos generosos para su directiva, quienes exigen que se les ayude primero porque es “tradición”, antes de aquellas con bajos recursos. También políticos cuyo objetivo es posicionarse a través de un supuesto compromiso social, buscando colaborar en campañas que se queda estancadas cuando concluye la parte comunicacional. Me opuse a todo lo mencionado anteriormente, después de dejar mi ingenuidad de lado y entender sus verdaderas intenciones, créanme cuando les digo que te hacen el trabajo mucho más difícil por no cumplir con lo que estaba ya preestablecido.
Para quienes dicen que la acción que debí tomar es renunciar, ¡No señores! El renunciar cuando se presentan adversidades es una medida cobarde. Tampoco se dramatiza frente a medios de comunicación, se intenta trabajar internamente para solucionar los problemas y realizar reformas que dejen un precedente, para que quienes acceden a la plataforma después, no experimenten las mismas trabas en la búsqueda del cumplimiento de las necesidades y derechos de personas en situación de vulnerabilidad.
En ningún momento cuestioné la labor de la Reina de Quito, dado que entiendo a plenitud la complejidad de tal y para mi como experiencia fue una de las más gratificantes de mi vida, más allá de cualquier adversidad. Pero no me digan que no existen estereotipos en el certamen, mi año de elección es un claro ejemplo de lo contrario, dado que inicialmente experimenté un rechazo por no cumplir con determinados estándares de belleza, previo a que siquiera consideren mis capacidades.
La razón detrás de mi pronunciamiento ahora y no antes es porque en este momento existe la posibilidad de generar un cambio positivo a raíz del comunicado emitido por el Municipio de Quito, dejando de lado sus intenciones iniciales y posturas pasadas que disminuyen la credibilidad de tal.
Desviándonos del tema del concurso y enfocándonos en la coyuntura actual, este representa un momento decisivo para que (tal como fue mencionado) se tomen nuevas medidas a favor de una ‘política de revalorizar a la mujer desde otros espacios’.
Hasta ahora nos hemos preguntado si debería o no existir Reina de Quito, cuando la pregunta que deberíamos hacernos es si es prudente destinar fondos al certamen por parte de instituciones cuya finalidad es la ayuda social. Lo que la empresa privada quiera hacer para la realización de esta ya depende de ellos; pero si la finalidad del puesto que ocupé es un aporte social, ¿por qué no destinar los fondos de la ejecución del evento directamente a quien se busca ayudar?”