El grupo Ballet América Andina está integrado por 60 artistas entre niños y jóvenes. Foto: Cortesía ballet América Andina
El Ballet Internacional América Andina ha trabajado por 13 años en la recuperación de bailes ancestrales de las comunidades indígenas de Tungurahua y de otras partes del país.
Ritmos como el casamiento, las fiestas de los Caporales y los Raymis de la comunidad Salasaka, además la Diablada Pillareña y la Fiesta de Chibuleo fueron presentadas en los escenarios nacionales y en sus giras internacionales en Colombia y en Perú.
El trabajo de investigación se realizó con los taitas, mamas y los estudiosos de la cultura Salasaka, como Raymy Chiliquinga y Raúl Masaquiza. Este proceso les tomo más de cinco años en asistir, compartir y participar en las fiestas de la comunidad. Además, aspiraban a conocer su vestimenta con la idea de que la representación sea similar a la original.
Esteban Naula, director del Ballet Internacional América Andina, explica que el grupo nació en el sector El Buen Pastor, en Ambato. La idea fue que los niños y jóvenes tuviesen un espacio sano para su desarrollo y conocieran la riqueza cultural que hay en el país.
Con apoyo de un coreógrafo buscaron los ritmos nacionales, como los de los Cayambis. “Nos acercamos al pueblo Cayambi e Imbaya; con ellos compartimos, conocimos su historia, vestimenta y danza… y los escenificamos. La idea de la indagación es no quedar en ridículo en el escenario, sino que nos acerquemos lo más posible a lo real y andino”.
Luego comenzaron a investigar en las comunidades de Salasaka y Chibuleo. En Salasaka, lo que les llamó la atención fue el ritual del matrimonio, proceso que se inicia con el enamoramiento, el pedido de mano, la elección de los padrinos y los bailes antiguos como el Chakipunta.
Luego de la ceremonia (matrimonio), los padrinos y los recién casados bailan al son del bombo, el redoblante y el pingullo en el trayecto a casa de la novia. “Es un pueblo que tiene una riqueza cultural importante, es más e mantiene su vestimenta, tradiciones, su música y danza”, menciona Naula.
Los resultados de la indagación están en el repertorio de coreografías que muestra el Ballet, como Tradiciones de Salasaka y El enamoramiento; que es otra parte de lo que puso en escena: cuando el varón seduce a la warmi (mujer).
A eso se suma las fiestas de Chibuleo como el Pawkar Raymi (Fiesta del Florecimiento) y las Capitanías al ritmo del sanjuanito con el bombo y el pingullo. “Estos instrumentos autóctonos en cada comunidad y pueblo indígena son la esencia y el alma de la gente”.
En el grupo también participa Silvia Maliza, coordinadora de América Andina, cuenta que todo el proceso investigativo lo efectuaron con recursos propios. “Hace falta apoyo de las instituciones para que el folclor tenga un mayor impulso a escala internacional”.