Zarigüeyas, las protectoras nocturnas que no son ratas y sí benefician al ecosistema. Las zarigüeyas, conocidas científicamente como Didelphis marsupialis, son el único marsupial nativo de América. A pesar de que muchas veces son mal llamadas raposas y suelen generar rechazo por su apariencia, cumplen un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas.
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El papel de las zarigüeyas en el ecosistema
Estos animales silvestres ayudan a controlar poblaciones de roedores, serpientes, pequeñas aves e insectos, incluidas las garrapatas, afirma la médica veterinaria Shady Heredia, de Fundación Cóndor Andino.
Además, son excelentes dispersores de semillas, lo que favorece la regeneración de los bosques.
Aunque se las puede ver durante todo el año, su presencia es más común en temporadas lluviosas o cuando hay mayor disponibilidad de alimento.
Las zarigüeyas enfrentan múltiples amenazas
Las amenazas que enfrentan son diversas. Suelen ser atropelladas debido a sus hábitos nocturnos, y también son víctimas de envenenamiento o ataques por parte de perros y personas que las consideran peligrosas.
La expansión urbana es otro de los riesgos, según la especialista de Fundación Cóndor Andino. Apunta también que al construir viviendas en quebradas o corredores naturales, las zarigüeyas pierden refugio y fuentes de alimento. Eso las obliga a acercarse cada vez más a zonas urbanas. En estos encuentros, no es raro que crías que llevan en su marsupio queden huérfanas si la madre muere.
¿Cómo actuar ante la presencia de una zarigüeya?
Si una zarigüeya aparece en un jardín o patio, lo recomendable es mantener la distancia y evitar que personas o animales se acerquen.
Las zarigüeyas suelen estar de paso y se retirarán por sí solas al anochecer. No es necesario contactar a las autoridades si se encuentran en buen estado.
Sin embargo, si presentan heridas o han ingresado a un domicilio, se debe llamar al 911 y solicitar la intervención de la Policía Ambiental (UPMA), quienes están capacitados para trasladarlas a centros veterinarios autorizados por el MAATE.
Evitar la acumulación de basura en jardines o áreas cercanas a zonas verdes es clave para prevenir su acercamiento. También es importante que quienes construyen o adquieren viviendas en áreas naturales conozcan que están compartiendo territorio con fauna silvestre, y que la convivencia respetuosa es fundamental para conservar la biodiversidad.
Las zarigüeyas no son plagas
Contrario a lo que algunos piensan, las zarigüeyas no son plagas. Su mayor visibilidad en las ciudades no se debe a un aumento descontrolado en su población, sino a la destrucción de sus hábitats.
La especie se encuentra actualmente en la categoría de Preocupación Menor, según la UICN, pero la disminución de zonas silvestres podría ponerlas en riesgo.