Tungurahua: Llangahua protege el agua

Afluentes. Las comunidades de la localidad vigilan que los riachuelos no se contaminen con desperdicios que generan actividades como la ganadería a gran escala.

Afluentes. Las comunidades de la localidad vigilan que los riachuelos no se contaminen con desperdicios que generan actividades como la ganadería a gran escala.

Los páramos están al cuidado de los comuneros de LLangahua y otras comunas. Foto: Glenda Giacometti / El comercio

Una docena de patos nada libremente en la laguna de Chuquibantza, en la Reserva Comunitaria Llangahua. El espejo de agua de seis hectáreas, localizado a 3 880 metros de altura, es el hábitat de fauna y flora diversas.

Este extenso territorio se asemeja a un suave colchón donde el agua corre por los riachuelos. Espesos pajonales y bosques nativos de Yagual, Piquil y Polylepys cubren el suelo donde se desarrolla una infinidad de especies de insectos, anfibios y demás. También es el hogar de lobos, venados, conejos, y aves como los curiquingues y lechuzas.

Esta reserva es importante, porque aporta con su caudal a la represa Mula Corral que es parte del proyecto de los Vasos de Regulación de la Cuenca Alta del río Ambato. Esta almacena más de tres millones de metros cúbicos del líquido vital que es utilizado más abajo por los habitantes de las comunidades para el riego de los cultivos y el consumo, especialmente en tiempos de estiaje. Además, mantiene el caudal natural del río Ambato.

Caminar por el sendero ecológico es casi difícil porque corre el riesgo de hundirse 15 o más centímetros, cuenta Jesús Ramírez, guía de la reserva, mientras camina junto a María Caiza, vecina de la comunidad Pungoloma, que llegó a conocer la reserva y el proyecto de turismo comunitario. Cuentan con dos cabañas para el alojamiento, un centro de interpretación y el restaurante.

Las construcciones se edificaron con los USD 300 000 que ganaron en el Premio Verde en el 2014 gracias al proyecto de manejo de las 6 312 hectáreas que integran los páramos de Llangahua. Esta reserva pertenece a Pilahuín.

Afluentes. Las comunidades de la localidad vigilan que los riachuelos no se contaminen con desperdicios que generan actividades como la ganadería a gran escala.

Desde Ambato se viaja hasta el kilómetro 30 por la antigua vía Flores. Se coge un desvío a la derecha que dice a Llangahua. Son nueve kilómetros de viaje por un camino asfaltado. Esta iniciativa tiene el apoyo técnico y financiero del Consejo Provincial de Tungurahua a través del Fondo de Páramos y el Instituto de Ecología y Desarrollo de las Comunidades Andinas (Iedeca).

El joven, de 25 años, recuerda que, en 1998, más de 5 000 cabezas de ganado vacuno, porcino y caballar, de propiedad de las comunas, pastoreaban en el páramo. Eso afectó a las comunidades porque el agua comenzó a escasear. Por eso los dirigentes decidieron trabajar en la conservación.

Actualmente, con el apoyo del Fondo de Páramos del Consejo Provincial financiaron pequeños emprendimientos de crianza y comercialización de animales menores (cuyes y conejos). Además, en el mejoramiento de pastos. “Estos proyectos están ayudando en parte a la economía de las familias y mejoró el caudal de agua”, dice Jiménez.

La técnica del Iedeca, Sonia León, cuenta que los páramos de Llangahua aportan con su caudal a Mula Corral. Ese proceso se inició en el 2005 con la firma de convenios de conservación con algunos organismos, pero en el 2009 se suscribió de forma definitiva un acuerdo para proteger 6 213 de páramo y 2 800 como zona para la producción.

Elaboraron un reglamento para la disminución de la carga animal que ayude a la protección de 60 hectáreas de bosque nativo, los humedales o moyas.

A este trabajo se sumó la Junta Parroquial de Pilahuín con el impulso a los proyectos de turismo comunitario. María Caiza, presidenta, comenta que van a apoyar en la conservación.

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