Quemas agrícolas amenazan a fauna de la costa del país

Ernesto llegó con quemaduras en sus patas.

Ernesto llegó con quemaduras en sus patas.

Ernesto llegó con quemaduras en sus patas. Foto: Cortesía Proyecto Sacha

La piel expuesta de sus patas, la falta de pelaje en todo su cuerpo y sus rostros casi irreconocibles son algunas de las marcas más frecuentes con las que llegan tigrillos y mapaches a los centros de rescate del país. Las heridas externas son solo una pequeña muestra de los daños internos que deja la inhalación de humo a los animales que logran escapar de las quemas agrícolas.

Estas afectaciones son las que finalmente causan la muerte de estos animales. Ernesto fue uno de los tigrillos que pudo salir del fuego, pero que finalmente no logró sobrevivir. Este animal fue hallado en una plantación de caña de azúcar en Milagro y después fue atendido en la clínica Mansión Mascota, en Guayaquil. Tras siete días de cuidados, el animal murió por un fallo multiorgánico.

Eliana Molineros, veterinaria y directora de Mansión Mascota y Proyecto Sacha, cuenta que este no es un caso aislado. Durante este año ha recibido a otros cuatro animales que fueron víctimas de las quemas de plantaciones agrícolas en distintas parroquias de Milagro. Lo más preocupante -dice- es que en este 2019 ha recibido el doble de casos que los registrados durante el año pasado.

Aunque Ernesto fue uno de los que más llamó la atención de las personas por la magnitud de las quemaduras en su cuerpo, Molineros recuerda el caso de un animal que llegó en condiciones aún más impactantes. El 24 de agosto de este año, un mapache fue rescatado en la zona de Churute.

Molineros cuenta que este no tenía un solo pelo en el cuerpo y era irreconocible a primera vista. El animal, que presentaba quemaduras de segundo y tercer grados, estuvo tres días en una cámara de oxígeno. Las afectaciones en sus pulmones y todo su tracto respiratorio se complicaron hasta que falleció por una neumonía.

El caso más reciente es el de Thor, que todavía se encuentra en el centro. En un inicio se creía que este ocelote llegó solo con un corte en su pata, pero al revisarlo pudieron notar las huellas del fuego. Molineros dice que, por la ubicación de las marcas, se cree que la madre cargó a este bebé cuando pasaban por la zona del fuego y por eso no tiene afectaciones en sus patas o quemaduras más graves. Thor, de 1 mes de edad, intenta recuperar poco a poco la vista y sus convulsiones han disminuido. Además de estos dos animales, este año llegaron a Mansión Mascota otros dos tigrillos que fueron rescatados de plantaciones de caña de azúcar. Ambos lograron sobrevivir y ser liberados.

Diego Medina, director del Hospital Planeta Vida de Latacunga y docente de las universidades UTE y UDLA, dice que la mayoría de veces las víctimas que logran escapar del fuego finalmente no sobreviven, debido a las afectaciones internas. Con el tiempo empiezan a surgir infecciones secundarias por la falta de cobertura de su piel y existen procesos de deshidratación.

Además -asegura- en el país es necesaria una unidad especializada para el tratamiento de pacientes quemados. Desde hace un año se empezó a realizar terapia avanzada en heridas en este hospital y se busca adaptar protocolos utilizados en México.

Hasta su hospital, este año llegó un cusumbo y después un tigrillo por las mismas causas. El primero murió y el segundo todavía se está recuperando. A pesar de que la mayor cantidad de rescates corresponden a tigrillos, esto no significa que son los más afectados, dice Medina. Anfibios y reptiles, por ejemplo, se carbonizan en el lugar porque no logran volar ni desplazarse rápidamente.

Ambos especialistas piden utilizar otras técnicas en el sector agrícola. En estos casos, la problemática está relacionada a que las personas queman los residuos de las siembras pasadas con la intención de mejorar el suelo. Al hacer esto, no se dan cuenta de la cantidad de fauna que habita en estas extensiones. El viento también puede llevar la ceniza y quemar bosques cercanos.

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